DOI: https://doi.org/10.47133/respy42-24-2-1-10
BIBLID: 0251-2483 (2024-2), 215-240
Sociología desde la UCA, aplicación de teoría a través de las tesis de licenciatura
Sociology from UCA: Theory Application through Undergraduate Theses
Carlos José Benítez
Rolón1
1Sociedad Paraguaya de Sociología,
Asunción, Paraguay.
Correspondencia: carlosbenitez26@gmail.com Articulo enviado: 12/3/2023 Articulo aceptado: 1/4/2024 Conflictos de Interés: ninguno que declarar. Fuente de financiamiento: sin fuente de financiamiento. · Editor responsable: Carlos Anibal Peris. Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, Centro de Estudios Antropológicos. Asunción, Paraguay. · Revisor 1: Ramon Fogel . Centro de Estudios Rurales Interdisciplinarios. Asunción, Paraguay. · Revisor 2: Gerardo Jara. Universidad Nacional de Asunción, Rectorado. San Lorenzo, Paraguay. Este
es un artículo publicado en acceso abierto bajo una Licencia Creative Commons
- Atribución 4.0 Internacional (CC BY 4.0). |
Resumen: Esta
investigación aborda la producción de teoría social y la producción de
conocimientos en la carrera de sociología de la Universidad Católica “Nuestra
Señora de la Asunción” (UCA) en sus dos épocas (1972 y 1992). Más precisamente,
se analizan las tesis que se presentaron para la obtención del título de
licenciatura, tanto en sus composiciones teóricas sociales como metodológicas.
Durante la investigación, se contextualizó el nacimiento de la carrera de
sociología de la UCA en el año 1972, y su renacimiento en 1992, y se analizaron
las tesis presentadas para obtención de los títulos, de ambas épocas (1972 y
1992), entendiendo que estas son un resultado de producción de conocimientos
por parte de la carrera. La teoría social y metodológica aplicada en las dos
épocas estudiadas nos da una imagen sobre lo producido por la carrera, viendo
una primera época donde predomina el paradigma explicativo con metodologías
cualitativas, mientras que en la segunda época, se observa mayor diversidad en
la utilización del paradigma interpretativo, así como de métodos cuantitativos.
Palabras clave: Sociología; UCA; tesis; conocimiento; producción.
Abstract: This research contemplates the
production of social theory and knowledge in the degree of Sociology of the
Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción” (UCA) in its two periods,
1972 and 1992. More specifically, the theses that were presented for obtaining
the B.A in Sociology are analyzed, both in their theoretical and
social-methodological compositions. During the research, the birth, in 1972, of
the sociology degree of the UCA and its rebirth in 1992 were contextualized,
and it was pointed out that the thesis for obtaining the degree, from both
periods (1972 and 1992), are the result of the knowledge production of the
degree. The social and methodological theory applied to the two periods studied
gives us an image of what has been produced by the sociology career, for the
first part the explanatory paradigm predominates with qualitative
methodologies, while in the second period, there is greater diversity in the
use of the interpretive paradigm, as well as quantitative methods.
Keywords: Sociology; UCA; thesis; knowledge; production.
Introducción
Este artículo desarrollará la problemática de la producción de conocimientos e ideas a través de las tesis de licenciatura presentadas en las dos épocas de la carrera de sociología de la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas de la Universidad Católica de Asunción (UCA). Se trata de una investigación realizada para la obtención de la licenciatura en sociología en la UCA.
Bajo el modelo profesionalista áulico de educación superior, la primera carrera de sociología del país fue creada en 1972 en la UCA (Caballero, 2018). Sin embargo, desde comienzos del siglo XX, en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Asunción, algunos abogados, ya impartían cátedras de sociología. Si bien esas eran solamente cátedras, y no se realizaba investigación alguna, sin dudas representaban la antesala de lo que sería la sociología en Paraguay. (Caballero, 2018).
La UNA tuvo la hegemonía de la educación superior en Paraguay hasta la fundación de la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción” (UCA) el 13 de febrero de 1960, decisión tomada por la Conferencia Episcopal Paraguaya, y que diversificó la opción universitaria en el país. Doce años después, en 1972, nuevamente ocurre un hecho importante, pues se abre en la UCA la primera carrera de sociología del país, que en 1977 empezó a expedir licencias a profesionales, los primeros sociólogos académicamente formados del país. Está experiencia llega a su fin en 1986, debido al contexto de la época (dictadura de Alfredo Stroessner), y la identificación de la sociología por parte del poder como algo “subversivo”.
Con la caída de la dictadura en 1989, la UCA decide reabrir la carrera, y en 1992 se reinicia la carrera, ya esta vez en el Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas, carrera que hasta el día de hoy continúa formando a profesionales. Este trabajo permitirá desarrollar nuestros conocimientos sobre la carrera de sociología más antigua del Paraguay, y ver su situación actual, posibilitando identificar cuáles fueron los marcos teóricos y metodológicos más utilizados en las tesis de licenciatura que la misma produjo.
A partir de lo definido desde el currículo de la carrera de sociología, el plan de estudios y programas, para ambas experiencias, relevaremos los énfasis presentes en las dos épocas, y la orientación principal de la modalidad institucional para la carrera de producción de conocimiento. De acuerdo a los documentos (Estatutos y Reglamentos, Acta 546/72, 15 de noviembre de 1972), los relevados en los sitios web de la Universidad, y en el archivo, se confirma la modalidad esencialmente aúlica, o de sociología de cátedra, como producción de conocimiento de hecho.
En la primera experiencia de la carrera de sociología de la UCA, la misma se desarrolla en la “Facultad de Ciencias Sociales”, en el año 1972, y segundo, en la carrera de sociología del Departamento de Ciencias Sociales, en el año 1992, transformándose la tesis, formalmente, en la única instancia de producción de nuevos conocimientos como exigencia de egreso para obtener el título respectivo, en ambas épocas, articulándose necesariamente los contenidos teóricos metodológicos, y la definición del tema, problema asociados, convirtiéndose así en un espejo de lo que desarrolla la carrera.
En lo que respecta a la metodología de la investigación desarrollada, el enfoque fue cualitativo, el tipo descriptivo, y el diseño no experimental. Se realizó un relevamiento de las tesis de sociología publicadas, disponibles en la Biblioteca Pablo VI, tanto de la primera (1972) como de la segunda época (1992), así como también se realizaron entrevistas con personas involucradas en la primera época de la carrera, y un grupo focal con estudiantes vinculados a la segunda época.
Marco teórico de la investigación
La producción científica de la carrera de sociología de la UCA es un resultado representativo de lo que la sociología paraguaya produjo en términos académicos universitarios, teniendo en cuenta que se trata de la primera carrera de sociología del país, y la única hasta el año 2003, y el estudio de dicho resultado servirá para determinar los enfoques más utilizados (explicativo e interpretativo) desde la creación de la carrera en el año 1972, “año cero” de la “sociología académica” o “sociología universitaria” en el Paraguay.
Para la comprensión de dicha producción, es importante entender el rol que juegan las diversas variables que se convierten en verdaderas estructuras, como lo menciona Blackburn (2008), que coaccionan a los seres humanos, y como resultado de dicha relación, salen los productos que tienen características muy particulares, y que inevitablemente son “hijos” de la coyuntura.
El sociólogo francés Pierre Bourdieu, por su lado, afirma que ciertamente los agentes sociales crean las estructuras, siguiendo la teoría constructivista, pero que una vez que estas estructuras fueron creadas, a su vez condicionan las acciones de estos agentes, siguiendo la lógica estructuralista. En su obra “Cosas Dichas” (2000), que consiste en diversas entrevistas hechas al autor, el mismo afirma que:
“Construir la noción de habitus como sistema de esquemas adquiridos que funcionan en estado práctico como categorías de percepción y de apreciación o como principios de clasificación al mismo tiempo que como principios organizadores de la acción, era construir al agente social en su verdad de operador práctico de construcción de objeto.” (Bourdieu, 2000, p. 26)
En la cita de arriba, Bourdieu enfatiza la importancia del esquema, del bagaje cultural que heredan los agentes, y que los hacen actuar de una cierta manera, pero a su vez, da importancia a esos “principios” en la acción de los agentes, es decir, los mismos están condicionados por un sistema, pero sin perder su poder de ejercer una acción.
En otra de sus obras, Bourdieu afirma que el habitus es un:
“sistema de disposiciones durables y traspasables, estructuras estructuradas dispuestas a funcionar como estructuras portátiles, es decir como un principio generador y organizador de prácticas y representaciones que pueden ser objetivamente adaptadas a su propósito sin asumir el objetivo consciente de los fines y el control expreso de las operaciones necesarias para lograrlos.” (Bourdieu, 1999, p. 88)
Deteniéndonos sobre el concepto de habitus, debemos aclarar que existe el primario, donde uno es “fuertemente influido por la familia y en menor grado, por la escuela” (Sánchez Garcia, 2008, p. 107). En “Le sens pratique”, Bourdieu se refiere al habitus primario diciendo lo siguiente: “unifica los efectos de la necesidad social sufridos desde la infancia, a través de las condiciones materiales de existencia, de experiencias relacionales primordiales y la práctica de acciones, objetos, espacio y tiempos estructurados”. (1991, p. 134). Con respecto al habitus secundario, “permite la interiorización del mundo social” (Jourdain y Naulin, 2011, p. 9). En otras palabras, el habitus primario es lo socializado en la familia y la escuela, y el secundario se refiere a lo socializado en los otros ámbitos de la vida, posteriores.
En otra de sus obras, Bourdieu (1980) menciona al habitus como: “aquello que ha sido adquirido […] algo poderosamente generador” (p. 34), diferenciando del hábito, que lo califica como algo “repetitivo, mecánico, automático, más reproductivo que productivo” (p. 34). En otras palabras, si bien el habitus es algo adquirido, socializado, eso no impide que el sujeto tenga una fuerza generadora, tenga iniciativa, tenga algo que decir, y tome decisiones. De hecho, ese planteamiento marcó a toda la obra de Bourdieu; el sociólogo francés intentó tomar un poco de estructuralismo, y un poco de teoría de la acción, pues creía que ciertamente la estructura coacciona al ser humano, pero a su vez este tiene un poder de generación, de iniciativa que es innegable. Ese poder de generación mencionado se mueve dentro de una “cancha de futbol”, demarcada por el habitus, no genera por fuera de la misma.
La carrera de sociología de la UCA, al constituirse en la época que nace, fue desarrollándose en una coyuntura particular, y la misma generó condiciones para que la acción de los agentes se desarrolle en un marco particular. En otras palabras, la carrera y las limitaciones de la sociología en general ejercieron un marco de acción sobre el desarrollo de las personas que se fueron vinculando con la misma (estudiantes) y por ende, indirectamente, en la producción sociológica de la carrera, que es un resultado de la misma. Recordamos el contexto de dictadura, la inexistencia de sociología académica y alta represión de toda actividad que, a los ojos del régimen, sea visto como de tinte crítico, o que pueda perjudicar al mismo.
Por otro lado, Bourdieu (1979) demuestra de manera muy concreta como el capital cultural se convierte en un capital igual de importante que el económico, y como este permite la reproducción de jerarquías sociales, por supuesto a nivel de intelectuales que no poseen “demasiado” capital económico. El capital cultural se mide de tres formas: incorporado (conocimientos), objetivados (posesión de objetos) e institucionalizados (posesión de títulos y diplomas). El capital cultural permite mantener la jerarquía de los “intelectuales”.
Bourdieu hace énfasis en el capital cultural como una “hipótesis” por la cual se puede entender la desigualdad escolar de los niños de distintas clases sociales, pues los de clases más altas ya tienen, gracias a la socialización y transmisión de sus padres, un plus de conocimientos que los niños de clase baja no cuentan. Sin embargo, para este trabajo, nos interesa de mayor manera el concepto de Bourdieu (1979) en el cual el capital cultural supone la “incorporación” al agente, una inculcación, una asimilación. En la lógica de la transmisión en donde reside “lo más potente de la eficacidad ideológica de este tipo de capital”. Más precisamente, en su estado institucionalizado, es decir, en la obtención de títulos académicos, el capital cultural representa una transmisión de conocimiento, que, así como se da con la familia en la etapa incorporada, se da con los docentes y la facultad en la etapa institucionalizada.
Además, la carrera se convertiría en un refugio para intelectuales interesados en las ciencias sociales, quienes ávidos por formarse y escapar de las garras del stronismo, encontrarían en la sociología y la carrera de la UCA un remanso que recibía a todo quien estaba interesado en analizar cómo funciona el país y sus disfuncionalidades.
Podemos entonces inferir que los estudiantes que pasaron por la carrera de sociología de la UCA (primera y segunda época) fueron, de alguna forma, influidos por un esquema de obrar y pensar asociados a la posición social de estudiante universitario de una universidad privada, que los hizo actuar de cierta manera, o mejor dicho, indagar en ciertos temas, pero sobre todo, utilizar ciertos marcos teóricos, y desarrollar ciertas ideas, sin por supuesto perder su fuerza generadora, traduciéndose esta en los diversos temas investigados para las tesis de licenciatura que podemos observar en este trabajo.
El concepto de habitus nos ayudó a entender el marco en el cual los estudiantes de la carrera de sociología de la UCA se desenvolvieron, tanto un marco de dictadura durante la primera época, como un marco de apertura democrática durante la segunda. Esos cambios pueden verse reflejados en la mayor diversidad de marcos teóricos y metodológicos utilizados en la segunda época. Por otro lado, el concepto de capital cultural nos ayudó a entender la incorporación de los conocimientos durante la carrera universitaria, y como esta contribuye a un trabajo de “inculcación y asimilación” para el cuerpo (Bourdieu, 1979). Más precisamente, el capital cultural institucionalizado, mediante la obtención de algún título universitario, es justamente una forma de objetivar al capital cultural, lo que para este trabajo de investigación nos sirvió en la compresión de la institucionalización de un habitus adquirido previamente al ingreso a la universidad, o bien durante los años de estudio.
Teorías utilizadas para la lectura de las tesis estudiadas
Podemos dividir a las ciencias sociales en dos grandes propuestas epistemológicas, según Briones (2002), y esas son las siguientes:
1) Teorías derivadas del paradigma explicativo, que incluyen a visiones positivistas, funcionalistas, cuantitativistas, de modelos de las ciencias naturales, y
2) Teorías derivadas del paradigma interpretativo, que incluyen a visiones naturalistas, cualitativistas, de modelos de ciencias humanas.
Estos dos paradigmas engloban a las dos teorías en el nivel macro general de la teoría o meta teoría (Ritzer, 1997) que utilizaremos para identificar y clasificar a las tesis investigadas, a saber el positivismo/funcionalismo, la teoría crítica, y su correlato a niveles más sustantivos de la teoría (Sautu, 2005) a nivel de la teoría social latinoamericana y la teoría social paraguaya. Pero antes de detallar estas teorías, nos parece importante comparar, de manera sintética, y describir cualidades respecto a los dos grandes paradigmas epistemológicos mencionados arriba.
Figura 1. Paradigmas, teorias y niveles de aplicación
Elaboración propia
Paradigma explicativo: Positivismo / Funcionalismo
La primera teoría es la positivista, desarrollada en el siglo XIX por Auguste Comte, que ve al método científico como la etapa final de la historia de la humanidad, luego de haber superado la fase teológica y la fase metafísica (Comte, 1978). El positivismo describe y no explica, a través del método científico, dejando de lado todo lo metafísico y no científico. Tanto el positivismo como el funcionalismo (desarrollado más abajo) se insertan dentro del paradigma explicativo.
Giddens (1988) afirma que el “positivismo proporciona un plan general básico para la formación de la sociología; en este sentido, la nueva ciencia de la sociedad ha de tener la misma forma lógica que las restantes ciencias” (p. 277), vinculándolo directamente a las ciencias naturales. Al hablar de los métodos del positivismo, Giddens afirma que “la sociología descansa en tres elementos metodológicos, cada uno de los cuales incluyes rasgos que le son peculiares: observación, experimentación y comparación”. (p 278).
El autor inglés vincula a Comte con Durkheim, y a este como “la fuente inmediata del funcionalismo en la antropología y la sociología” (p. 280). Continuando con la vinculación de Comte y Durkheim, y del positivismo con el funcionalismo, Giddens afirma:
“Resulta claro que la concepción del método funcionalista de Durkheim deriva de Comte y no de Spencer. Durkheim sigue de cerca de Comte en cuanto a separar la explicación funcional (estática) de la explicación histórica (dinámica), aunque critica tanto a Comte como a Spencer por cosificar el “progreso”; es decir, por considerar el impulso al auto mejoramiento como causa general de la evolución de la sociedad”. (p. 281)
El concepto holístico de la explicación funcional de la sociedad es, según Giddens (1988), proveniente del “modelo biológico”, tanto para Comte como para Durkheim.
López Orellana (2005) afirmaba que, según Comte, “sólo las ciencias empíricas son la adecuada fuente de conocimiento”, es decir, si traducimos eso a una cuestión más práctica, solamente lo que puede demostrarse empíricamente es digno de llamarse científico, y por ende puede comprender al mundo. O “cualquier conocimiento, para ser verdadero, debe apoyarse en la experiencia” (López Orellana, 2005).
El positivismo es una corriente que tiene una fuerte presencia, como lo afirma Caballero (2018), pues su intención de interpretar objetivamente a los hechos sociales lo hacen una teoría atractiva para los sectores conservadores, quienes buscan una explicación acrítica de la realidad, buscando así una alternativa a la teoría crítica que está en contra del status quo, y que busca superar la situación que estudia.
El positivismo además, al adoptar la metodología cuantitativa, hace que muchos investigadores atraídos por la exactitud de las investigaciones basadas en números también la escojan.
Seguidamente, mencionamos al funcionalismo, que según Ritzer (1997) fue una teoría dominante en la posguerra de 1945, en los Estados Unidos mayoritariamente. El autor, retomando a Thomas Bernard, afirma que el funcionalismo hace parte de las “teorías del consenso” (1997, p. 104), y que la misma “considera que las normas y los valores comunes son fundamentales para la sociedad, presuponen que el orden social se basa en un acuerdo tácito y que el cambio social se produce de manera lenta y ordenada” (1997, p. 104).
Elegimos deliberadamente reagrupar al positivismo y al funcionalismo en una misma unidad de análisis, debido a que ambas teorías provienen del paradigma explicativo, y buscan explicar, inspirados en las ciencias naturales (Ritzer, 1997), los hechos sociales en una lógica hasta si se quiere organicista. Ritzer (1997) menciona a Auguste Comte, Herbert Spencer y Émile Durkheim como los principales autores en las raíces del funcionalismo. Además, ambas forman parte de la oferta desde dentro del paradigma del orden o integración social, que representan la reproducción descriptiva del orden social en cual se desarrollen y producen sus categorías de análisis. (Caballero, 2018; Ritzer, 1997).
El funcionalismo es el “análisis de lo que requiere un sistema social – las estructuras y particularmente las funciones - para sobrevivir” (Ritzer 1997, p.111). El funcionalismo, inclusive, buscar mantener el orden social, y coincide con el positivismo en no apartarse de un cierto organicismo, negando las teorías del cambio, como anti-científicas.
Por otro lado, Smelser (1994) encasilla al funcionalismo dentro de las teorías macrosociológicas, y la califica más específicamente como “estructural-funcionalismo”, relacionándola a autores como Herbert Spencer, Emile Durkheim, Bronislaw Malinowski y Radcliffe- Brown, entre otros, afirmando que estos autores “concebían la sociedad como una estructura de partes relacionadas entre sí que se sostienen, en diverso grado, por mecanismo de equilibrio” (1994, p. 13).
Paradigma interpretativo: Teoría Crítica
La teoría crítica se enmarca dentro del paradigma interpretativo, como lo vimos con Briones. La misma implica un examen crítico de los hechos sociales, asumiendo que las formas de propiedad, la apropiación del excedente producido y posteriormente la ideología (relaciones consientes e inconscientes de ideas, motivaciones y creencias) es el principal obstáculo que impide a los seres humanos ser libres. La teoría crítica, de origen marxista, fue ampliamente desarrollada por la Escuela de Frankfurt, constituida por los sociólogos Herbert Marcuse, Theodor Adorno, Max Horkheimer y Walter Benjamín, y no solamente analizaba los hechos sociales pero también quería cambiar a la sociedad que estudiaba, a diferencia de otras escuelas que solo tenían como objetivo analizar o describir los hechos sociales.
Una de las frases más conocidas de Marx, y repetidas por numerosos autores, políticos y académicos, es la famosa: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”, mencionada en las “Tesis sobre Feuerbach” (1845), inclusive grabada sobre piedra en la tumba del pensador, en el cementerio Highgate de Londres. Allí se encuentra, de alguna forma, lo esencial de la teoría crítica, y en donde encontramos su gran diferencia con el positivismo y el funcionalismo, en la concepción que tienen del uso de la ciencia, siendo el positivismo “guiado por los ideales de las ciencias naturales modernas y su prerrogativa de investigaciones “libres de valoración” (Frankenberg, 2011).
Frankenberg resume de la siguiente manera a la teoría crítica:
“Los autores de la teoría critica parten de la asunción de que tanto los objetos observados como los sujetos observadores de la ciencia están constituidos socialmente y, por lo tanto, deben ser analizados e interpretados dentro de su contexto histórico-social. En consecuencia, los críticos aprobaron una filosofía materialista de la historia como marco de referencia para sus interpretaciones teoréticas y un programa de investigación interdisciplinaria con el apoyo de las ciencias especializadas para llevar a cabo sus análisis.” (Frankenberg, 2011, p. 68).
También menciona la elasticidad del término “crítico” en los últimos años, habiéndose este convertido en una carpa gigante de todo lo opuesto al positivismo, o a lo “mainstream”, inclusive dejando de lado al marxismo.
Pero originariamente, la teoría crítica era entonces una respuesta al positivismo y al funcionalismo, desde el marxismo, tomando al materialismo como marco de interpretación y con una tendencia marcadamente interdisciplinaria, pero concentrado en el conflicto de fuerzas productivas y relaciones de producción (Frankenberg, 2011). Ritzer (1997) también menciona que la teoría critica es un “desarrollo que se produjo, al menos en parte, como respuesta al funcionalismo estrucutural” (p. 139).
Decimos, más arriba, que la teoría crítica es interdisciplinaria porque la misma hace énfasis en la cooperación entre la filosofía, la historia, la economía política, la sociología, la psicología y la teoría de la cultura, el todo sazonado en el funcionalismo marxista, según Frankenberg. La teoría crítica desea superar el cientificismo rígido del positivismo, no alejándose de la ciencia, pero al contrario, ampliando el abanico de opciones para poder realizar un análisis más completo.
La teoría crítica se enmarca claramente en el paradigma interpretativo, según lo mencionado por Briones (2002), pues la misma es holística, existe interacción entre el sujeto y el objeto de investigación, las relaciones causales se dan de forma dialéctica, entre otras cosas.
Por otro lado, Smelser (1994) reconoce que la teoría crítica, o del conflicto como la llama él (p. 14) tiene una inspiración indiscutible en Karl Marx, sin embargo, la misma también se nutre de otros autores que no se casaban totalmente con el análisis economicista de Marx, y que, si bien en su mayoría reconocen “la idea de clases opresoras y clases oprimidas, o la idea del conflicto de grupo” (p. 16), se separan del filósofo y economista alemán en la importancia que le dan a la autoridad por sobre lo económico (Dahrendorf), o el “dominio” por parte del “aparato técnico-administrativo” del proletariado antes que la clase social (Habermas) (p. 16). Inclusive la cultura, que para Marx dependía de la subestructura económica, para otros autores como Gramcsi, Foucault o Bourdieu tiene una mayor independencia del sistema económico. Smelser también califica a la teoría crítica o del conflicto dentro de las teorías macrosociológicas.
Metodologías utilizadas para la lectura
Para el trabajo desarrollado, utilizamos dos metodologías de investigación como marco de referencia para analizar los trabajos de tesis presentados en la carrera de sociología, representando estas corrientes las mayoritarias en las ciencias sociales. Con esta categorización, pretendemos tener un marco de referencia que nos ayudará a categorizar los trabajos presentados para la obtención de tesis, entendiéndose estos como el resultado palpable de la carrera, la producción de conocimiento que se da desde la carrera. A su vez, detallaremos ciertas sub-corrientes dentro de cada marco metodológico.
Cualitativo
Taylor y Bogdan (1992) afirman que la metodología cualitativa es “recoger datos descriptivos, es decir, las palabras y conductas de las personas sometidas a la investigación. Su tema es el estudio fenomenológico de la vida social”. En su misma obra, los autores mencionados afirman que “metodología cualitativa se refiere en su más amplio sentido a la investigación que produce datos descriptivos, las propias palabras de las personas, habladas o escritas”.
Entre otras características, Taylor y Bogdan afirman que la metodología cualitativa es inductiva, holística, y que tratan de comprender a las personas dentro del marco de referencias de ellas mismas.
Por otro lado, para Hernández Sampieri, Fernández Collado y Baptista Lucia (2006), el método cualitativo plantea un problema, pero no una hipótesis definida, y se caracteriza por ser más inductivo, es decir, explora, describe y luego genera perspectivas teóricas, va de lo particular a lo general. Los mencionados autores afirman, como ya lo dijimos, que el método cualitativo no busca probar hipótesis, sino más bien generarlas durante el proceso investigativo. La medición numérica es rara, y más bien se utilizan observaciones no estructuradas, entrevistas abiertas, revisión de documentos y entrevistas grupales como medios de obtener información, según los tres autores citados.
Neuman (1994) afirma que otra de las características del método cualitativo es que el investigador “está directamente involucrado con las personas estudiadas y con sus experiencias personales”, “adquiere un punto de vista interno” y “sigue una perspectiva holística”.
Siguiendo a Hernández Sampieri, Fernández Collado y Baptista Lucia (2006), podemos inducir el siguiente cuadro con las características del método cualitativo:
Cuadro 1. Método cualitativo
Características |
No busca réplica Se conduce en ambientes naturales Significados se extraen de los datos No se fundamenta en la estadística |
Proceso |
Inductivo Recurrente Analiza la realidad subjetiva No tiene secuencia circular |
Bondades |
Profundidad de ideas Amplitud Riqueza interpretativa Contextualiza el fenómeno |
Fuente: Elaboración propia, en base a los datos obtenido del a obra de Hernández Sampieri, Fernández Collado y Baptista Lucia.
Fenomenología
Agregamos a la corriente fenomenológica dentro de la familia cualitativa, la sociología creativa como la menciona Caballero (2018), pues coincide fuertemente con los postulados cualitativos. El mencionado autor afirma que las teorías fenomenológicas:
“Enfatizan como fundamento de la realidad social, así como de su estudio, aspectos microscópicos, particularmente los sistemas de significación de cada uno de los sujetos, de donde surge el concepto de interacción simbólica, desarrollado encima de los aportes de la filosofía pragmática”
Así mismo, el autor menciona, citando a Blummer (1969):
“El proceso de interacción tiene su corazón, en su significado subjetivo para los interactores. Los sujetos se comunican consigo mismo, y con los demás, según significados que crean. Las relaciones sociales constituyen actividades significativas, estables y persistentes.”
La fenomenología se aleja del paradigma cuantitativo, pues busca lo “microsociológico” (Caballero, 2018), busca el detalle, la interacción extrema en los más mínimos movimientos de los actores sociales, y más precisamente del individuo, es decir, la fenomenología busca observar el actuar subjetivo del sujeto, pudiendo inclusive mencionar que se trata de la investigación de la subjetividad de la acción.
Cuantitativo
Hernández Sampieri, Fernández Collado y Baptista Lucia (2006) afirman que el método cuantitativo tiene como principal característica en que el problema que estudiará es delimitado, que tiene hipótesis definida previamente al inicio de la investigación, que utiliza la lógica deductiva, y que recolecta datos de manera numérica. Los autores mencionados inclusive afirman que “en el caso de las ciencias sociales, el enfoque cuantitativo parte de que el mundo “social” es intrínsecamente cognoscible y todos podemos estar de acuerdo con la naturaleza de la realidad social”.
Siguiendo a Hernández Sampieri, Fernández Collado y Baptista Lucia (2006), podemos inducir el siguiente cuadro con las características del método cuantitativo:
Cuadro 2. Método cuantitativo
Características |
Mide fénomenos Utiliza estadística Emplea experimentación Análisis causa-efecto |
Proceso |
Secuencial Deductivo Probatorio Analiza la realidad objetiva |
Bondades |
Generalización de los resultados Control sobre fenómenos Precisión Réplica Predicción |
Fuente: Elaboración propia, en base a los datos obtenido del a obra de Hernández Sampieri, Fernández Collado y Baptista Lucio.
Mixto
Con respecto al método mixto, o multimodal (Hernández Sampieri, Fernández Collado y Baptista Lucio, 2006), el mismo se define como un “proceso que recolecta, analiza y vincula datos cuantitativos y datos cualitativos en un mismo estudio o una serie de investigación para responder a un planteamiento de problema”. El método mixto es común en otras áreas como la arqueología o la criminalística (Hernández Sampieri, Fernández Collado y Baptista Lucio, 2006), sin embargo, el mismo es “relativamente” nuevo en Iberoamérica, en las ciencias sociales
Desarrollo de la investigación
Durante la primera época de la carrera de sociología de la UCA (1972 – 1986), la misma vio matricularse 386 estudiantes, mientras que la segunda época (1992 hasta la actualidad), vio inscribirse a 636 alumnos, tomando como corte el año 2014.
Tabla 1. Egresados/as según Título de Grado
Programas Licenciatura en Sociología |
Institución UCA Nº y % |
Total de matriculación |
Generación 1972 |
17 |
385 |
Generación 1992 |
34 |
636 |
Totales |
51 |
1021 |
Fuente: Elaboración propia, en base a los datos oficiales de la Secretaría del Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas de la UCA.
Al investigar sobre la cantidad de licenciados en sociología que produjo la carrera, desde su apertura en 1972 (los primeros licenciados se recibieron luego de 5 años, en 1977), podemos observar que, hasta el año 2014, tan solo 51 estudiantes lograron presentar una tesis para la obtención del título, lo que significa que solo un 4,41% de los estudiantes matriculados en la primera época presentaron un trabajo de producción de conocimiento; en lo referido a la segunda época, un 5,34% de los matriculados presentaron trabajos de tesis. La baja cantidad de estudiantes que terminan la carrera y logran presentar un trabajo de investigación está a la vista.
Primera época (1972 – 1986)
Entrando en detalle en la primera época, observamos que 17 trabajos de producción de conocimientos fueron presentados, 8 por estudiantes mujeres y 9 por estudiantes hombres, lo que representa un 47% y un 53% respectivamente, viendo la existencia de una cierta paridad en la presentación de estos trabajos para la obtención de grado. Es importante resaltar que varios estudiantes que cursaron la carrera durante la primera época presentaron sus trabajos de tesis posteriormente a 1986, incluso cuando la segunda época ya había iniciado, sin embargo, decidimos contabilizar sus trabajos como resultados de la primera época.
Con respecto a la disponibilidad de las tesis en la Biblioteca Pablo VI de la UCA, nos encontramos con la realidad de que solo 5 de las mismas se encuentran disponibles para consulta del público.
Tabla 2. Marcos teóricos y metodológicos utilizados en las tesis de licenciatura de la primera época de la carrera de sociología de la UCA (1972 – 1986)
|
Marco teórico |
Cantidad |
Marco Metodológico |
Cantidad |
Paradigma explicativo |
Positivismo |
3 |
Cualitativo descriptivo |
4 |
Paradigma interpretativo |
Estructural marxismo |
1 |
Enfoque mixto |
1 |
Interpretativo |
1 |
|
|
|
|
Total |
5 |
5 |
Fuente: Elaboración propia en base a Estadísticas de tesis presentadas por año, disponibles desde el año 1978 hasta el año 1986, aunque ciertas tesis de estudiantes de la primera época se presentaron ya cuando la segunda había iniciado.
De las tesis disponibles, pudimos sintetizar a las mismas en el cuadro que se encuentra más arriba, donde identificamos que en referente al marco teórico utilizado se puede observar que tres (3) de ellas tienen una orientación del paradigma explicativo, más precisamente positivista, mientras que las otras dos (2) tesis tienen una orientación del paradigma interpretativo, siguiendo específicamente una (1) la orientación estructuralista marxista.
En lo que respecta al enfoque metodológico, cuatro (4) tesis son cualitativas descriptivas, teniendo la última un enfoque mixto.
El positivismo/funcionalismo fue el enfoque teórico que predominó en las tesis para la obtención de la licenciatura de sociología en la UCA, en base a lo observado en el cuadro que precedieron, a pesar de la poca cantidad de tesis disponibles en la Biblioteca, para ser estudiadas. Solamente una de las tesis de la primera época tenía un enfoque estructural marxista, lo que en esa época representaba todo un acontecimiento, pues el país vivía una dictadura anti-comunista.
De todas formas, el amplio “dominio” del positivismo, si se puede utilizar tal expresión ante un universo tan pequeño, sin dudas demostraba de forma indirecta las líneas teóricas que predominaban en la carrera de sociología de la primera época. Recordemos las palabras de José Nicolás Morinigo, coordinador de la carrera, según sus propias palabras, quien afirmaba que durante los primeros tiempos de la carrera, se dio un debate entre quienes deseaban realizar “filosofía social”, y quienes deseaban tener una carrera de sociología científica y académica, léase, positivista. [1]
Con respecto al enfoque metodológico, también se observa una clara dominación del método cualitativo, viendo prácticamente una inexistencia de lo cuantitativo, por lo menos de las tesis que se pudieron observar. Ciertamente, la utilización de métodos cuantitativos, en ciertos casos, requiere de la presencia de mayores recursos para investigar, sobre todo cuando los datos a ser analizados no se pueden recolectados de manera rápida y fácil.
La diversidad no era una característica de la primera época de la carrera de sociología de la UCA. Más bien, escuchando a Morínigo, se puede deducir que la “lucha” académica estuvo, como ya lo dijimos, entre los filósofos sociales y los positivistas defensores de una sociología científica, no dejando espacio, además por la coyuntura, como también ya mencionamos, al desarrollo de otras corrientes en el seno de la carrera.
Segunda época (1992 – 2014)
En 1992, ya en el marco de un Departamento de Ciencias Sociales, se reinicia la carrera de Sociología, sin embargo, con las mismas dificultades que conoció la primera época. La malla curricular era marcadamente aúlica, y la investigación no ocupaba un rol central en la carrera, siendo esta una carrera “nocturna”.
En un “focus group” realizado con alumnos de la carrera de sociología[2], reiteradamente los participantes afirman ser parte de una carrera “enfocada en clases teóricas, sin posibilidad de investigación ni de extensión”; “la parte de investigación es totalmente pobre, ausente”, “la extensión y la investigación en este momento son prácticamente nulos”, son algunas de las expresiones surgidas del grupo. Rescatan la experiencia del CEADUC, de ciertos docentes, y de alguna iniciativa a nivel Universidad de promoción de la investigación, pero concuerdan que esas son minoritarias.
Así mismo, también afirman en mayor medida que la carrera “existe una línea tendiendo al estructuralismo”, aunque otros manifiestan que algunos profesores tienen “una línea más marxista, otra más estructuralista, otros más funcionalista o weberiana”. De las palabras pronunciadas por los estudiantes, se puede deducir que la línea teórica de la carrera depende del profesor, afirmando por tanto que la carrera en si no tiene una línea teórica oficial, aunque predomine el mencionado estructuralismo.
Volvemos entonces a la publicación de las tesis, como resultado más palpable de producción de conocimiento de la carrera de sociología en esta segunda época. Pero antes de adentrarnos en esa cuestión, observemos los datos de alumnos matriculados en la carrera de sociología según el mismo Departamento de Ciencias Sociales de la UCA.
Desde 1994, hasta el año 2013, 636 alumnos se matricularon en la carrera de sociología, ciencia política o historia, lo que sin dudas representa una cifra considerable, con un ritmo promedio de entre 20 a 45 alumnos por año, dependiendo justamente del año.
Sin embargo, es una realidad de la carrera que a medida que avanzan las promociones, estas cada vez ven a más alumnos abandonar la carrera por diversos motivos, en algunos casos desinterés y en otros, imposibilidad económica, o bien necesidad de trabajar. No es posible saber a ciencia cierta cuantos alumnos abandonan cada año la carrera de sociología, ya que el Departamento de Ciencias Sociales únicamente provee los registros actualizados de los nuevos matriculados año tras año, pero no lleva un registro de las personas que abandonan la carrera, y el motivo del por qué lo hacen.
Cuando observamos más detenidamente las tesis presentadas hasta el año 2014, vemos que 34 alumnos son los que obtuvieron la licenciatura en sociología, con 26 trabajos presentados, teniendo en cuenta que varios estudiantes presentaron sus investigaciones en conjunto. De esos 34 estudiantes, el 62% representa a mujeres (21) y 38% a hombres (13).
Ya en esta segunda época, se observa una mayor diversidad tanto en los marcos teóricos y también metodológicos, además de una predominancia de mujeres en cuanto a trabajos presentados, lo que demuestra una mayor llegada, y apertura de la carrera en comparación con la primera época. Es importante mencionar que, si bien ya una mayor cantidad de tesis se encuentran disponibles en comparación con la primera época, de las 26 investigaciones presentadas, solo 18 se encuentran disponibles.
Dentro de las tesis encontradas en la Biblioteca Pablo VI de la UCA, observamos positivismo/funcionalismo, teoría crítica y teoría de la acción, entre otras teorías presentes en los marcos teóricos presentados por los futuros licenciados. De los trabajos presentados y disponibles para consulta, diez (10) tienen una orientación del paradigma explicativo (8 tienen una teoría positivista, una sigue una teoría funcionalista, y otra la teoría de la acción), mientras que ocho (8) siguen una teoría interpretativa (5 tiene alguna inclinación a la teoría critica, marxista, o estructural-marxista y 3 son interpretativas).
Tabla 3. Marcos teóricos y metodológicos utilizados en las tesis de licenciatura de la segunda época de la carrera de sociología de la UCA (1992 – 2014)
|
Marco teórico |
Cantidad |
Marco Metodológico |
Cantidad |
Paradigma explicativo |
Positivismo |
8 |
Cualitativo |
9 |
Funcionalismo |
1 |
Cuantitativo |
7 |
|
Teoría de la acción |
1 |
|
|
|
Paradigma interpretativo |
Teoría crítica |
5 |
Mixto |
2 |
Interpretativo |
3 |
|
||
|
Total |
18 |
Total |
18 |
Fuente: Elaboración propia en base a Estadísticas de tesis presentadas por año, disponibles desde el año 1992 hasta el año 2014.
Con respecto a los marcos metodológicos utilizados en las 18 tesis disponibles, se observan 9 que siguen el método cualitativo o similares, 7 el método cuantitativo y 2 mixtos.
Esta diversidad teórica es sin duda un gran avance en lo que respecta a la primera época, como ya mencionamos, inclusive viendo ciertas corrientes teóricas como el marxismo y la teoría crítica, que tuvieron una presencia mínima durante la primera época. Sin dudas, el país se había abierto, y si se compara la primera época, ocurrida durante la dictadura, durante la guerra, fría, la segunda época se mostró mucho más diversa, acorde al “nuevo mundo” que se instalaba y que también se veía en Paraguay.
Volviendo al tema de la cantidad de tesis presentadas y defendidas, recordando que este es el único parámetro para medir lo producido, desde 1972 hasta hoy, y la generación de conocimiento por parte de la carrera de sociología, 636 alumnos se matricularon en alguna carrera de ciencias sociales desde 1994, y 34 obtuvieron su licencia en sociología hasta el año 2014, lo que nos da una tasa de 5,34% de alumnos que efectivamente terminaron la carrera, egresaron, y presentaron un trabajo de investigación, en este caso la tesis.
Si bien la cifra es ligeramente mayor a los 4,67% de la primera época, la misma aún sigue siendo baja, y sorpresiva para una universidad, y una carrera ya con más de 40 años de existencia. Claramente, como ya lo mencionamos, la principal dificultad de la carrera de sociología de la UCA reside en su capacidad de formar sociólogos titulados, generando una cantidad baja de profesionales. Más del 90% de los estudiantes matriculados no terminó la carrera, viendo la cifra desde otro ángulo.
Conclusión
La carrera de sociología de la UCA basó su producción de conocimientos en el egreso y presentación de trabajos de tesis para licenciatura de sus estudiantes. Las investigaciones que salieron de la carrera durante la primera y segunda época tuvieron una buena diversidad de paradigmas, teniendo en cuenta que se realizaron tanto investigaciones del paradigma explicativo como del interpretativo. Con respecto a la baja cantidad de presentación de tesis, esto se podría explicar por las condiciones mismas en las cuales muchos estudiantes deben desarrollar su carrera a la par de trabajar, y realizar eventualmente otras actividades profesionales. Sería interesante poder desarrollar esta línea de investigación en algún trabajo posterior relacionado al abandono de carreras terciarias, para poder adentrarse en los motivos del mismo.
El bajo promedio de licenciados también podría haber influido en la falta de recambio o nacimiento de nuevas figuras de la sociología paraguaya, pues la mayoría de los centros de investigación dedicados a la sociología y ciencias sociales, a saber el CPES, CDE, CERI, BASE-IS (Caballero, 2018) aún son liderados por sus fundadores.
La carrera de sociología se desarrolló como una institución crítica a la dictadura de Stroessner, por la coyuntura en la cual los estudiantes podían desarrollar, con cierta libertad, el estudio de todas las teorías, sin embargo, al estudiar los paradigmas mayormente utilizados en los marcos teóricos de las tesis presentadas, entendidas estas como la aplicación de la teoría social y metodológica, podemos observar que la teoría crítica tuvo una baja presencia durante la primera época, mientras que en la segunda, tuvo una mayor visibilidad, aunque no superando al paradigma explicativo. A pesar de haberse convertido en una institución opositora y enfrentada a Stroessner, y al autoritarismo posterior a la caída de la dictadura en 1989, la teoría social aplicada en las tesis reflejó la mayoritaria utilización de teorías del paradigma explicativo, que ven a la sociología como no interventora, pero si explicadora.
La radicalidad de los estudiantes, o del cuerpo de la carrera no se transfirió a la aplicación de teorías críticas en los trabajos de investigación de tesis, según lo observado en esta investigación. Esto podría deberse a muchos motivos, desde la clase social a la cual pertenecían la mayoría de los estudiantes, hasta la disponibilidad o acceso que tenían sobre teorías críticas o distintas a las del paradigma explicativo. Durante la segunda época, si bien se bien mayor diversidad en la utilización de teorías críticas, el paradigma explicativo siguió siendo mayoritario en las tesis presentadas. En lo que respecta a los métodos de investigación, durante la primera época, existió un predominio del método cualitativo, tal vez entendido por la falta de formación sobre la complejidad de los métodos cuantitativos, mientras que en la segunda época, si bien hubo mayor equidad, el cualitativo siguió siendo el método más utilizado.
Referencias
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Sobre el autor: Carlos José Benítez Rolón: Magister en Ciencias Políticas, Science Po - Paris. Licenciado en sociología por la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción” (UCA). Líneas de investigación y temas de interés: desarrollo e institucionalización de la sociología en Paraguay, grupos de poder, conflictos, partidos políticos, movimientos sociales. |