DOI:
https://doi.org/10.47133/respy2500205
BIBLID: 0251-2483 (2022-2), 105-127
Educación
no formal,
capital humano y empleabilidad
Non-formal education, human capital,
and employability
Ángel Estigarribia1
1Universidad
Nacional de Asunción, Facultad de Filosofía,
Asunción, Paraguay.
Correspondencia: aestigarribia@yahoo.com · Editor responsable: Carlos Anibal Peris. Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, Centro de Estudios Antropológicos. Asunción, Paraguay. · Revisor 1: Darío Sarah. Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción. Asunción, Paraguay. · Revisor 2: José Manuel Silvero. Universidad Nacional de Asunción, Dirección General de Investigación Científica y Tecnológica. San Lorenzo, Paraguay. Este es un
artículo publicado en acceso abierto bajo una Licencia Creative Commons - Atribución
4.0 Internacional (CC BY 4.0). |
Resumen: La calidad educativa impulsa el desarrollo de destrezas y potencialidades creativas de los jóvenes y mejora la calidad de vida de la población. La valorización del capital humano está vinculada al incremento educativo. Las nuevas generaciones necesitan un sistema de adquisición de aprendizajes acorde al mundo actual cambiante, el mercado o el Estado ya no son los únicos factores que determinan la oferta educativa. La educación no formal, en gran medida gratuita, adquirida a través de las TIC es abundante, se adapta fácilmente y con relativa rapidez a los cambios del mundo laboral. El Estado puede lograr un gran avance en los logros de sus objetivos educacionales, tanto en cobertura como en calidad aprovechando la multitud de cursos, adiestramientos y tutoriales existentes en la red. Para el efecto, la prioridad debería ser la facilitación del acceso universal a Internet, una guía confiable para los interesados y un sistema de validación y certificación de los conocimientos adquiridos.
Palabras clave: educación no formal; capital humano; empleabilidad; TIC; educación colaborativa.
Abstract: Educational quality
promotes the development of skills and creative potential of young people and
improves the quality of life of the population. The valorization of human
capital is linked to the increase in education. The new generations need a
learning acquisition system according to the current changing world, the market
or the State are no longer the only factors that determine the educational
offer. Non-formal, largely free, ICT-enabled education is plentiful, adapts
easily and relatively quickly to changes in the world of work. The State can
make great strides in achieving its educational goals, both in terms of
coverage and quality, by taking advantage of the multitude of courses,
trainings, and tutorials available on the Internet. For this purpose, the
priority should be the facilitation of universal access to the Internet, a
reliable guide for those interested, and a validation and certification system
for the knowledge acquired.
Keywords: non-formal education; human capital; employability; ICT; collaborative education.
Introducción
Desde las últimas décadas del siglo XX se ha producido en el mundo un cambio que Zygmunt Bauman (2003) denomina de la sociedad sólida a la líquida. Aquel escenario de relativa seguridad que brindaban los empleos estables, la educación formal y duradera, el título profesional prestigioso, se ha transmutado en una nueva situación social de elementos escurridizos, que se deslizan entre los dedos, donde ya no está garantizado un trabajo permanente, donde la educación se vuelve obsoleta rápidamente y donde la credencial del título no sirve ya como antes.
Esta sociedad líquida transforma la relación entre el espacio y el tiempo, aquel fue colonizado por éste (Bauman, 2003). Actividades que se desarrollan a miles de kilómetros, personas que se encuentran en hemisferios opuestos del globo, están ahora a un clic de distancia. El aprendizaje es una de esas actividades que ha recibido profundos cambios. Un surtido de manuales, cursos, videos, tutoriales, libros electrónicos y enciclopedias cuyos autores se encuentran dispersos por el mundo, están hoy en la palma de la mano, accesibles, actualizados, amigables y gratuitos. Un torrente de aprendizajes se desliza continuamente en Internet y pone en aprietos a la educación formal, institucional, de larga duración.
Puede que haya nostalgias del pasado, pero las nuevas generaciones están dotadas con la creencia de que la sociedad actual es distinta, se desarrolla a una velocidad acelerada, a un ritmo cambiante. La educación tradicional está en crisis, las carreras, entrenamientos y cursos vienen con fecha de vencimiento, lo que se aprende hoy tiene obsolescencia pronta, las credenciales educativas formales no garantizan empleo ni calidad de vida. La educación permanente es la condición necesaria ya que, en la sociedad líquida, no se puede pretender un solo trabajo en el transcurso de la existencia, ni siquiera ya se puede vivir con uno solo.
La emergencia de las tecnologías de la información y la computación (TIC) de las últimas décadas ha provocado una proliferación de saberes. Además del mercado y del Estado, existen otros protagonistas con propuestas educativas que realizan aportes importantes, abundantes y gratuitos al conocimiento. La educación no formal -que no es un fenómeno nuevo-, ha tenido una creciente expansión y sostenida demanda motorizada por las TIC.
Ha habido un aumento tremendo de las ofertas educativas no formales, sobre todo en aquellos campos donde existen demandas laborales o perspectivas de emprendimiento, lo que representa un soporte para el incremento de los ingresos, el mejoramiento de la calidad de vida de la población y colabora asimismo con el desarrollo de las potencialidades creativas de los jóvenes.
El atractivo de la educación no formal no es precisamente un título o credencial que habilite para una determinada profesión (aunque este aspecto sea importante) sino el acceso a un conocimiento específico, la adquisición de destrezas y la capacitación efectiva para una labor determinada. Más que haber terminado un curso es haber aprendido a hacer cosas nuevas. Los jóvenes de hoy buscan adquirir conocimientos, know how y no el titulitis (Sánchez-Silva, 2016).
La educación no formal adquirida a través de las TIC es abundante, con una gran parte casi a costo cero, se adapta fácilmente a los cambios en el mundo laboral y responde con relativa rapidez a las necesidades del mundo moderno; su desarrollo y sostenimiento pueden ayudar enormemente a la mayor valorización del capital humano. La educación no formal no siempre enfrenta a la formal, en primer lugar, porque es necesaria una base -que brinda la educación formal- para la adquisición de los saberes que están dispersos en la red. En segundo lugar, las instituciones privadas o estatales de educación formal pueden contribuir tanto para la orientación educacional-vocacional de los estudiantes como para la búsqueda, selección y evaluación de la alternativa más eficaz para cada interesado y para la validación de los conocimientos adquiridos.
El Estado puede conseguir progresos significativos en sus metas educacionales, tanto en cobertura como en calidad aprovechando la multitud de cursos, talleres, conferencias y variedades de adiestramientos y tutoriales existentes en la red. Para el efecto, la prioridad debería ser la facilitación del acceso universal a Internet, la realización de guías prácticas y amigables para el uso de los recursos existentes y un sistema de validación de los conocimientos para los interesados.
La orientación institucional para la utilización racional de las ofertas educativas no formales que están en circulación en Internet permitirá ampliar la gratuidad de la enseñanza más allá de la educación básica y posibilitará además la ampliación de la cobertura, la pluralidad de disciplinas y la actualización de los contenidos por la capacidad casi infinita de reproducción de los materiales, la disponibilidad de 24 horas los 365 días del año y el carácter de minería de novedades educativas de la red.
El presente ensayo trata de ubicar a la educación no formal como un componente importante y sobresaliente para la valorización del capital humano en el mundo actual y como una opción barata y escalable de acceso a la educación para amplias capas de la población.
Capital humano y educación
Desde la perspectiva económica, la educación es la incorporación de un bagaje de saberes, experiencias y cualidades de las personas y de la colectividad que aumenta el nivel de destrezas de la población y proporciona un incremento de beneficios al conjunto de la sociedad (Leyva-López & Cárdenas-Almagro, 2002, pág. 79). Todo el saber-hacer humano es producto de un proceso social de aprendizaje.
Para que las personas sean productivas es preciso invertir en ellas hasta que se conviertan en factores de la producción. Los saberes incorporados son cambiantes como lo es también el valor del capital humano (Leyva-López & Cárdenas-Almagro, 2002, pág. 80). Según esta teoría, la mayor dotación educativa genera un aumento de la productividad, hace posible el incremento de los ingresos y, tratándose de la juventud, el retorno del aprendizaje acumulado es más grande y duradero ya que el rendimiento educativo es mayor en personas jóvenes (Castellar & Uribe, José, 2004, pág. 26).
El concepto teórico de capital humano corresponde a Theodore Schultz (1961), que lo define como el conjunto de habilidades y conocimientos adquiridos por las personas. Es el resultado de una inversión para la adquisición de saberes, pericias y otros elementos que los diferencian de los atributos innatos de una población determinada (Navarro, 2005, pág. 6). Comprende la educación formal adquirida en las instituciones públicas o privadas y el conjunto de aprendizajes no formales e informales y las experiencias, obtenidos a lo largo de la vida sumado a las condiciones de salud de las personas (Cardona & et al., 2007).
La educación tiene un derrotero prologando y su costo en tiempo y dinero es considerable (Leyva-López & Cárdenas-Almagro, 2002, pág. 82). El proceso es complejo pues supone la necesidad de adquisición de nuevos saberes, así como la conciencia de la obsolescencia de muchos conocimientos incorporados en el pasado.
La mayor valorización del capital humano, en esta perspectiva, viene de la mano del incremento de conocimiento es en campos que en la actualidad ofrecen una elevada tasa de rendimiento (Leyva-López & Cárdenas-Almagro, 2002, pág. 81), ya sea porque estos campos son novedosos o porque escasean en los mismos los talentos humanos capacitados.
El objetivo de las personas que estudian de manera no formal, sobre todo de aquellos orientados al emprendimiento o a responder a la demanda laboral ligada a las nuevas tecnologías, no es precisamente un título o credencial, se trata más bien del acceso a un conocimiento determinado, el punto de llegada es la adquisición de un saber-hacer efectivo.
Reproducción, inadecuación y credencialismo
El 52% de la población mayor de 20 años no completó su educación secundaria en Paraguay (UNICEF, 2016). El Estado, a través de su institución rectora, se enfoca en algunas competencias básicas a juzgar por las evaluaciones. El Sistema Nacional de Evaluación del Proceso Educativo (SNEPE) evalúa la educación escolar básica y la media, sus sistemas analizan las competencias elementales en matemática, lectura y escritura en los tres ciclos de la primaria y la secundaria (Ministerio de Educación y Ciencias, 2019). Aunque la escolarización ha crecido considerablemente en las últimas décadas, las competencias habilitantes para el trabajo no han aumentado (Ortiz & et al., 2018) y los jóvenes sufren la desconexión entre formación y las exigencias del mercado laboral.
La reforma educativa de los años noventa del siglo pasado aumentó la escolarización de la población en general con un incremento de los años de estudio, pero el aumento de la calificación solo fue aparente (Ortiz, 2020, pág. 42). Hay una inflación credencialista, es decir, títulos formales de educación, pero desfasados de los requerimientos de la demanda de trabajo (Ortiz, 2020, pág. 57).
La educación formal en el Paraguay, en todos sus niveles y particularmente en la educación superior, tiene como una de sus características la desconexión con las demandas del mercado laboral (Banco Mundial, 2018). Según un informe de las Naciones Unidas, el abandono escolar complica el futuro de los jóvenes pues 6 de cada 10 estudiantes no terminan la secundaria (UNICEF, 2018).
Un estudio más reciente dice que hay una tasa de deserción de 5,3% en el primer y segundo ciclos de la Educación Escolar Básica (EEB); en el tercer ciclo la tasa es de 7,9%. En la educación media, la deserción es del 6,5% (Ministerio de Educacion y Ciencias - Organización de Estados Iberoamericanos, 2020).
Para UNICEF, son varios los factores del abandono escolar, entre los cuales, además de la inadecuación educativa, está la atracción de otros campos, ya sean económicos y sociales (UNICEF, 2018). Está poco investigada, como factor de abandono de la educación formal, la influencia de otras alternativas de aprendizaje, fuera del marco formal, que despiertan mayor expectativa de empleabilidad.
El país ha fomentado la escolarización, pero no ha resuelto el problema de la inserción laboral de los educandos y egresados. El sistema educativo tampoco brinda oportunidades para nuevas exploraciones educacionales. Más allá de la perspectiva laboral, los estudiantes no encuentran otros estímulos ya que las artes plásticas, la música, los talleres literarios, las disciplinas deportivas e incluso las ciencias tienen escaso espacio en las escuelas y colegios.
En un país de escaso desarrollo industrial, la educación formal refleja esta condición orientándose a la reproducción de las condiciones de producción vigentes (Molina-Galarza, 2016) como país centrado en la exportación de commodities. No está explícito en los documentos oficiales, pero forma parte de lo que se denomina curriculum oculto de la educación formal: la reproducción de las relaciones de producción (Giroux, 1986), en este caso, en las condiciones de país proveedor de materias primas e industrialmente subdesarrollado.
Por otro lado, en las pymes y con el surgimiento de emprendimientos más modernos, el uso de las nuevas tecnologías, presiona por la capacitación actualizada. Las iniciativas de los emprendedores y las nuevas perspectivas laborales de las microempresas tienen una oportunidad de adiestramiento para el manejo de nuevas tecnologías en las ofertas de capacitación de la educación no formal. Ésta adquiere así dimensiones insospechadas para los jóvenes que buscan empleos cuando la educación formal no les brinda las capacidades adecuadas.
Educación no formal y desarrollo humano
La educación es central para el logro de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, la meta 4.7 de los ODS sostiene:
Para 2030, garantizar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, entre otras cosas mediante la educación para el desarrollo sostenible y la adopción de estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad entre los géneros, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural y de la contribución de la cultura al desarrollo sostenible, entre otros medios (Organización de las Naciones Unidas, 2015).
La educación no formal se concibe conceptualmente por oposición a la educación formal, ésta es entendida como sistema institucionalizado, jerárquicamente estructurado, cronológicamente graduado, comprendido desde la escuela básica, hasta la universidad (Cabalé-Miranda & Rodríguez-Pérez de Agreda, 2017). La educación no formal no significa desordenada y menos aún informal. La caracteriza la intencionalidad educativa, el rigor y el método, pero no tiene la rigidez de la estructura académica institucional, no discurre durante un lapso largo y no hace parte del régimen regular de escolarización oficial. La educación no formal comprende procesos socioeducativos cuyo propósito es mejorar las condiciones de vida, procurar transformaciones individuales y colectivas a fin de satisfacer las necesidades materiales, recreativas, intelectuales y culturales de diversos grupos humanos (Luján-Ferrer, 2010, pág. 101).
Para la UNESCO, en la educación no formal «se encuentran experiencias ricas en diversidad de abordajes, que aportan y recuperan contenidos cognitivos y no cognitivos del aprendizaje» (UNESCO Office Santiago and Regional Bureau for Education in Latin America and the Caribbean, 2020, pág. 14) En el mismo documento, la UNESCO refiere que las experiencias provenientes de la educación no formal proporcionan saberes y capacidades necesarios que permiten promover el desarrollo sostenible (UNESCO Office Santiago and Regional Bureau for Education in Latin America and the Caribbean, 2020, pág. 14).
Zanotti y Grasso ubican a la educación no formal dentro de lo que denominan «una nueva ecología de la educación», y relacionan a conceptos como «aprendizajes invisibles» o «educación expandida» (2020, pág. 6). La idea de la expansión es central para comprender la posibilidad del acceso masivo al aprendizaje, sobre todo vía Internet; la idea de invisibilidad, nos indica el capital oculto que está en la red, así como la falta de control institucional sobre el desarrollo de esta y la dificultad para medir su impacto.
No es lo mismo la educación a través de las TIC que la educación no formal. Pero las tecnologías de la información y de la comunicación facilitan el desarrollo de la educación no formal pues esta combinación hace posible el acceso a sectores amplios que posiblemente no obtendrían capacitación de otro modo lo cual tiene consecuencias en determinados estratos sociales de escasos recursos o en sectores que, por su ubicación geográfica, no podrían tener acceso a las enseñanzas tradicionales.
La educación no formal, por sus modalidades, flexibilidad y por la heterogeneidad de las poblaciones a las que se dirige, constituye una opción educativa y una oportunidad para el mejoramiento de las condiciones de vida de diferentes grupos sociales, ya que responde a sus necesidades y expectativas (Luján-Ferrer, 2010)
La educación no formal es distinta pero no contradictoria con la formal, ambas constituyen una totalidad interrelacionada, parte del proceso permanente de formación de las personas (Montero-Espinoza, 2011). Tienen en común la sistematización, el ordenamiento metodológico y la intencionalidad educativa que los diferencian de la educación informal (Smitter, 2006). Es importante señalar, que, para el acceso a determinadas fuentes de educación no formal, es necesaria una buena base de conocimientos previos. A mayor nivel educativo hay más desenvoltura para la adquisición y aprovechamiento de nuevas enseñanzas provenientes de la educación no formal.
La educación escolar básica combinada con orientaciones para la adquisición de educación no formal podría ser un eje importante de la política estatal para llenar el vacío entre la formación recibida y las necesidades actuales del mundo laboral. Es una manera de responder más rápidamente a las expectativas laborales y a los intereses de los jóvenes.
Empleabilidad y educación
La empleabilidad es el conjunto de capacidades que dan la posibilidad relativa de encontrar un empleo y de mantenerlo (Souto-Otero, Ulicna, Schaepkens, & Bognar). Los empleos son cambiantes y muchos tienden a desaparecer, el impacto de las nuevas tecnologías volverán obsoletos gran parte de los empleos actuales en los próximos años (Bosch, Pagés, & Ripani, 2018)
Un país como Paraguay, cuya mayor masa de trabajadores empleados trabaja en el sector de servicios y en el sector agropecuario (Ministerio de trabajo, empleo y seguridad social, 2020) enfrenta varios desafíos con respecto a los cambios tecnológicos y la necesidad de adaptación de mano de la obra.
En el sector primario conformado por agricultura, ganadería, caza y pesca, trabajan 780.792 personas. En el sector secundario, que incluye la industria manufacturera y la construcción: 598.416, en el sector terciario o de servicios: 1.938.998 trabajadores. (Ministerio de trabajo, empleo y seguridad social, 2020). La agricultura orientada a la exportación está altamente tecnificada actualmente, lo mismo que los servicios comerciales, bancarios y de publicidad. En estos, los cambios son vertiginosos. Los empleos vigentes probablemente desaparecerán hasta en un 64% en los próximos años (Bosch, Pagés, & Ripani, 2018, pág. 13).
Aparecerán nuevas oportunidades laborales y con ellas, nuevos desafíos. Las transformaciones en el mundo del trabajo llevan implícita la exigencia de adaptación a las nuevas demandas y la necesidad de acumulación de nuevos aprendizajes (Bulmer , Watson, & Padua, 2017) acordes al contexto socioeconómico del país. En el mercado de trabajo de Paraguay, el 83% de la demanda de empleo en el sector privado proviene de las micro y pequeñas empresas (Ortiz, 2020, pág. 51).
La escolaridad ha aumentado considerablemente en las últimas décadas y los jóvenes que estudian y trabajan han tenido un incremento del 71% según los últimos estudios (Borda, García, & González, 2015). Al mismo tiempo, puede verse que los desempleados tienen más años de estudios formales que los que tienen trabajo (Borda, García, & González, 2015, pág. 37). No significa que los ocupados no hayan adquirido capacidades a través de otros medios, los conocimientos asimilados desde la educación no formal pueden surtir un efecto incremental en la obtención de un empleo (Rodríguez, 2015) incluso si las personas no hayan concluido sus estudios primarios o secundarios.
Hay experiencias de que el aprendizaje más modernizado -que responde a las nuevas competencias requeridas- se incorpora a la sociedad a través de la educación no formal (Intarat, Chanchalor, & Murphy, 2017, pág. 108). Ésta se sitúa en mejores condiciones para responder rápidamente a las demandas novedosas, sobre todo en los contextos que exigen el uso de tecnología actualizada.
Competencias sociales, emprendedoras y ambidextras
Las exigencias para la adquisición de nuevas capacidades cognitivas, de resolución de problemas, y sobre todo de perspectiva laboral encuentran en la educación no formal respuestas flexibles (Alzira, Van der Linden, & Popov, 2017, pág. 1) por sus características peculiares: es abierta, libre de estructuras burocráticas, enfocadas a aspectos específicos.
La educación no formal es un ámbito de mucha potencialidad para el aprendizaje de competencias emprendedoras tanto de los que estudian fuera del ámbito académico como de los estudiantes universitarios. Su incorporación en las universidades para agregar competencias transversales, competencias emprendedoras y competencias ambidextras en vistas al desarrollo integral y al empleo, hoy es una necesidad (Ripollés & Michavila, 2020, pág. 73).
Las competencias sociales transversales hablan de la capacidad del individuo de movilizar sus recursos personales y adaptarlos a las condiciones cambiantes del mundo laboral. Las competencias emprendedoras están vinculadas con la orientación a la innovación, a la proactividad, a la búsqueda de una salida profesional de la formación académica adquirida, capacidad para explorar nuevas oportunidades de negocios (Ripollés & Michavila, 2020, págs. 74-76). La interrelación entre ambas constituye lo que se llama competencias ambidextras.
La educación no formal permite flexibilidad y mucha capacidad de adaptación a los requerimientos de los estudiantes. Hay experiencias de combinación con la educación formal en algunas universidades españolas que incorporan sistemas de evaluación y certificación de las competencias ambidextras adquiridas a través de la educación no formal en su estudiantado (Ripollés & Michavila, 2020, págs. 83-85). Las universidades pueden tener un papel clave en el desarrollo de competencias emprendedoras. Implica reconocer la importancia innovadora de la educación no formal que puede potenciar las carreras universitarias clásicas al dotarle de versatilidad para responder a los requerimientos y desafíos de la sociedad actual, a través de las diversas experiencias provenientes del ámbito colaborativo no formal.
En resumen: la educación no formal adquirida a través de las TIC es bastante barata en general, es versátil, cambia constantemente, es adaptable, responde rápidamente a la obsolescencia de los conocimientos adquiridos en el mismo campo de aprendizaje y aporta competencias ambidextras. El momento más trabajoso es la búsqueda, selección y evaluación de la alternativa más eficaz, para lo cual, el rol de las instituciones privadas o estatales puede ser muy importante para la orientación educacional-vocacional.
Conectividad y acceso
Si algunos autores denominan a la presente era como la de la información (Castells, 2006), hay que entenderla, además de un repositorio de conocimientos, como fuente de productividad y se puede extender el alcance del término para comprender a esta época como la de la conectividad. Nunca como ahora en la historia humana ha sido más fácil acceder a conocimientos y comunicar experiencias. Nunca como ahora fue posible formar comunidades anónimas de interacción educativa y aulas virtuales asincrónicas de millones de estudiantes.
El espacio digital se presenta como un nuevo contexto para la producción de saberes, el aprendizaje permanente y la realización del estudio colaborativo. Hace emerger una nueva «sabiduría digital», es decir, la capacidad del ser humano de usufructuar las tecnologías digitales a fin de responder a las necesidades actuales tanto laborales como de la vida cotidiana (Viché Gonzalez, 2021). Esta nueva sabiduría es producto en gran medida de la educación no formal diseminada en la red. Las TIC, por sus características de ubicuidad y disponibilidad permanente, brindan la posibilidad de aprehender y agenciar un enorme capital de conocimientos que está oculto, convirtiéndolos en capital social (Fernández Salinero & Martín Gutiérrez, 2021).
En el Paraguay solo el 50,8% de los jóvenes de 15 a 24 años estudian en una institución de enseñanza formal (Instituto Nacional de Estadisticas, 2022). Sin embargo, en el año 2021, un promedio de 91,4% de los jóvenes de 15 a 29 años utilizó Internet. En la franja más joven de 15 a 19 años, el 88,7% y en la franja de 25 a 29 años, la utilización de la red llega al 93,6% (Instituto Nacional de Estadisticas, 2022). El acceso a la red no significa que los jóvenes necesariamente le den un uso educativo. Sin embargo, es la fuente de recursos más abundante, práctico y barato para el aprendizaje y está al alcance de la mano, a través de una Tablet o de un teléfono móvil y brinda así unas posibilidades ilimitadas para la formación.
La educación institucional a través de las TIC va cambiando, pero la emergencia continua de conocimientos no va paralela a la asimilación por parte de las instituciones educativas de cualquier nivel. Del mismo modo, la demanda de enseñanzas no es cubierta de forma oportuna por los colegios, universidades o institutos de formación profesional.
El aprendizaje ya no es solo e-learning a través de computadoras estacionadas en oficinas y hogares, se ha adaptado al frenesí de los cambios rápidos, a la movilidad y a la utilización más flexible del tiempo. No se trata ya de aula y en ciertos horarios, el proceso es móvil, los dispositivos celulares y tablet permiten actualmente producir entornos llamados m-learning (Correa & García, 2021, pág. 84).
Las TIC aportan bastante, tanto en la educación formal como en la no formal. Siempre y cuando exista la infraestructura adecuada de conexión y acceso a los dispositivos, las TIC permitirán adquirir conocimientos actualizados y el desarrollo de enseñanzas colaborativas (Intarat, Chanchalor, & Murphy, 2017, pág. 116) en todo el país, lo que incluye lugares remotos, alejados de los centros educativos.
Por lo menos como hipótesis se puede sostener que, en ciertos sectores, la importancia del aprendizaje no formal vía Internet es superior a la enseñanza formal recibida, aunque las personas estén cursando algún estudio en instituciones públicas o privadas.
La conjunción entre educación formal y no formal ha motivado la aparición de un movimiento para avalar los conocimientos adquiridos fuera de las instituciones oficiales y que impulsa una transformación educativa a fin de reducir la brecha entre el aprendizaje y el contexto de la vida, de las necesidades actuales de la población (Correa & García, 2021, pág. 77).
La expansión de la enseñanza gratuita y colaborativa
La educación gratuita no estatal a través de Internet es una forma del denominado procomún colaborativo (Rifkin, 2014) que se ha extendido por el mundo en las últimas décadas. Wikipedia es un ejemplo de difusión de conocimientos gratuitos, con gestión colaborativa, pero hay otras muchas iniciativas. El costo de Wikipedia en parte se paga con colaboraciones monetarias para mantener la infraestructura, pero en su mayor parte el producto final es consecuencia de los aportes intelectuales privados gratuitos de decenas de miles de colaboradores.
El fenómeno es más amplio, tiene que ver con la irrupción de Internet y con la voluntad de millones de personas de compartir conocimientos por varios motivos. Algunos quieren cooperar simplemente, otros buscan vender publicidad, otros solo pretenden reconocimiento personal. El resultado es la existencia de un stock muy grande de conocimientos al alcance de cualquiera.
El punto de conexión entre la educación no formal y el mundo laboral ofrece innumerables perspectivas para la investigación. ¿Qué factores motivaron la búsqueda de aprendizaje en esta categoría? ¿Cuánto de los nuevos conocimientos adquiridos por los jóvenes corresponde al influjo de Internet, sin participación de instituciones de enseñanza formal, públicas o privadas? ¿Cuántos jóvenes empleados adquirieron conocimientos de manera no formal para trabajar en el rubro en el cual trabajan? ¿Cuántos emprendimientos son el resultado de aprendizajes no formales a través de Internet gratuitos o pagos, aunque después se hayan incorporado conocimientos por vía del estudio formal? ¿Cómo es posible identificar las Pymes organizadas en base al aprendizaje no formal a través de las TIC? Es muy común aprender el uso de programas informáticos con tutoriales gratuitos, incluso habilidades complejas como programación y diseño ¿Cómo es posible avalar en las instituciones educativas formales los conocimientos adquiridos a través de la educación no formal?
Estas preguntas son importantes sobre todo porque el diagnóstico sobre el abandono del estudio por parte de los jóvenes encuentra en la desmotivación un factor relevante tanto en la educación escolar básica (EEB) como en la educación media (EM). El desinterés, puede deberse a varios factores «la falta de preparación de los estudiantes durante la EEB y la aparente poca relevancia del currículo y la instrucción en la EM son problemas complejos que parecen estar contribuyendo en forma importante al abandono escolar de los jóvenes» (Banco Mundial, 2018, pág. 14). Dos aspectos que llevan a la necesidad de indagar sobre la motivación para el aprendizaje a través de la educación no formal y, ligada a esta, al análisis de la accesibilidad y la relación costo-beneficio de la capacitación adquirida. Probablemente la mayor parte del capital humano en las siguientes décadas se va a enriquecer sobre todo con los aportes de la educación no formal.
La masificación del acceso a Internet ha unido a millones de personas que comparten conocimientos de modo gratuito. Se ha producido el fenómeno de poner un cúmulo de saberes, habilidades y experiencias al alcance de personas que, de otra forma, no hubieran tenido la posibilidad de adquirirlos ya sea por falta de recursos o por la lejanía de los centros de instrucción.
A escala general se puede disponer de plataformas especializadas en la enseñanza sistemática y gratuita en línea como el Khan Academy (Khan Academy, 2022) o Educatina (Educatina, 2022) que proporcionan videos instructivos y ejercicios para el aprendizaje básico.
Existe otro segmento importante de oferta educativa no formal a través de la red que componen saberes específicos técnicos y profesionales. Así, por ejemplo, en el mundo de la gastronomía, la alimentación y la producción de bebidas, miles de personas comparten sus experiencias gratuitamente, lo mismo sucede con los tutoriales para el aprendizaje de aplicaciones informáticas.
El sistema del pro común colaborativo en el ámbito de la educación no formal permite superar en buena medida el desfasaje que existe entre la educación formal y la demanda laboral, un aspecto importante para el fortalecimiento del capital humano. El aprendizaje colaborativo es una estrategia de aprendizaje que se basa en la ayuda mutua, pone en funcionamiento las habilidades de autoaprendizaje, conecta y se enriquece con las diferencias individuales de los estudiantes (Wang & Wang, 2022)
La nueva pedagogía colaborativa ya se aplica en centros de enseñanza y comunidades del todo el mundo. El objetivo de sus modelos educativos es liberar a los alumnos del espacio privado y cerrado de las aulas tradicionales para que puedan aprender en múltiples procomunes abiertos: el ciberespacio, la plaza pública, la biosfera (Rifkin, 2014).
El rol del Estado respecto a la educación no formal y colaborativa sería extender el servicio de Internet, establecer un marco orientador para el intercambio amigable, facilitar la adquisición de equipos (notebooks, celulares, sistemas de Wifi) a través de financiación barata. Orientar sobre las diversas ofertas de aprendizaje, calificar las mejores plataformas, establecer el acceso a buscadores especializados. Organizar un sistema de validación de los conocimientos adquiridos en alianza con diversas instituciones de enseñanza formal.
La combinación entre educación no formal y el procomún colaborativo va a influir notablemente en la disminución del gasto de bolsillo de los estudiantes, el aprendizaje puede ser más eficaz porque el acceso a diferentes formas de adquisición de conocimientos y habilidades hará que los estudiantes busquen y encuentren un modo apropiado, más ajustado, casi personalizado de aprender a través de presentaciones, videos, resúmenes, sin costo, disponibles a cualquier hora.
El Estado no solo debe facilitar la infraestructura (acceso a la red de Internet) sino también un sistema de guías por disciplina y niveles al estilo de Wikiversidad (Wikiversidad , 2021), un modelo de universidad en línea asincrónica. Pero no se trata solo de conocimientos con vistas a la empleabilidad, el acceso a capacidades artísticas sería imposible a comunidades distantes que no tienen grandes bibliotecas ni conservatorios ni escuelas de artes plásticas si no es a través de las TIC en la actualidad.
Un sistema de concatenación de la educación no formal a través de la coordinación del Estado no significa la suspensión de la educación escolar básica institucional ni de la universitaria. Las universidades pueden certificar los aprendizajes no formales, adquiridos de forma autodidacta a través de Internet a los estudiantes que no cursaron en sus aulas y/o completar un programa determinado de acuerdo con las necesidades. Esta combinación permitiría dos cosas de manera inmediata, en primer lugar, las perspectivas de la gratuidad de la enseñanza por fuera de la estructura estatal. En segundo orden, el interés que puede suscitar cuando los cursos o entrenamientos son de corta duración y de desarrollo flexible.
El Estado, incluso, puede promover enseñanzas específicas, orientar sobre saberes adaptados al medio, incentivar la producción de conocimientos. El costo inicial de un curso por Internet puede ser alto, pero el costo marginal, una vez colgado en la red es bajísimo, ya que puede multiplicarse por millones. El Estado puede alentar la creación de cursos y otros insumos de aprendizaje a través de becas, premios, concursos, privilegiando determinadas áreas del conocimiento. Las asimetrías educacionales del Paraguay con respecto al conjunto del MERCOSUR son grandes (Souza, Miceli Kerbau, & da Silva, 2020). La educación no formal puede contribuir a la disminución de ellas.
Conclusiones
El aumento de las ofertas educativas en aquellos campos donde existen demandas laborales o perspectivas de emprendimiento va a contribuir al aumento de los ingresos y al mejoramiento de la calidad de vida de la población y, sobre todo, va a colaborar enormemente con el desarrollo de destrezas y potencialidades creativas de los jóvenes. La promoción y difusión de los sistemas de educación no formal ayuda a la mayor valorización del capital humano,
La educación no formal adquirida a través de las TIC es abundante, casi a costo cero, se adapta rápidamente a los cambios en el mundo laboral y responde notablemente rápido a las necesidades del mundo moderno. Las instituciones privadas o estatales pueden contribuir a la orientación educacional-vocacional de los estudiantes a través de la búsqueda, selección y evaluación de la alternativa más eficaz para cada interesado.
La educación no formal no es contradictoria con la formal, incluso esta última podría constituir una fuente de validación, perfeccionamiento y desarrollo. Es menester la investigación del impacto de la educación no formal en la formación de los emprendedores y de los jóvenes que se incorporaron al mercado laboral.
El Estado puede dar un salto en los logros de sus objetivos educacionales, tanto en cobertura como en calidad aprovechando el cúmulo de cursos, talleres, conferencias y variedades de adiestramientos y tutoriales existentes en la red. Para el efecto, la prioridad debería ser la facilitación del acceso universal a Internet y un sistema de guía de aprendizajes por disciplina y niveles.
La utilización racional de las ofertas educativas no formales que están en circulación en Internet permitirá ampliar la gratuidad de la enseñanza más allá de la educación básica y hará posible y además ampliar la calidad educativa y pluralidad de disciplinas.
La educación no formal, gratuita y a través de la red disminuye notablemente el gasto de bolsillo de los estudiantes y hace que el aprendizaje sea más eficaz porque los interesados buscan y encuentran objetos y métodos más ajustados a sus necesidades y expectativas.
Referencias
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Sobre el autor: Ángel Estigarribia: licenciado en Filosofía. Magíster en Filosofía Política Contemporánea. Docente de la Facultad de Filosofía y de la Facultad de Ciencias Sociales (UNA). Docente de la Universidad Autónoma de Encarnación (UNAE). Candidato a investigador PRONII. Editor de la revista Cuadernos de Sociología (FACSO). |