DOI: https://doi.org/10.47133/respy2500206    
BIBLID: 0251-2483 (2022-2), 128-164

Capitalismo en Paraguay y lo social: luchas y resistencias de la clase obrera
Capitalism in Paraguay and the social question: struggles and resistances of the working class


Celeste María Houdin Gómez1

1Universidad Nacional de Asunción, Facultad de Ciencias Sociales,
Asunción, Paraguay

 

 

Correspondencia: cele.houdin@hotmail.com
Articulo enviado:
26/8/2022
Articulo aceptado: 7/11/2022
Conflictos de Interés: Ninguno que declarar.
Fuente de financiamiento: Sin fuente de financiación.

·        Editor responsable: Carlos Anibal Peris. Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, Centro de Estudios Antropológicos. Asunción, Paraguay.

·        Revisor 1: Sintya Valdez. Sociedad Paraguaya de Sociologia.  Asunción, Paraguay.

·        Revisor 2: Sarah Patricia Cerna. Universidad Autónoma de San Luis de Potosí.  San Luis de Potosí, México.

Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una Licencia Creative Commons - Atribución 4.0 Internacional (CC BY 4.0).
Citación Recomendada: Houdin, C. (2022). Capitalismo en Paraguay y lo social: luchas y resistencias de la clase obrera, Revista Estudios Paraguayos, Vol. 40 (2), 128-164. https://doi.org/10.47133/respy2500206




 

 

 

Resumen: El artículo científico busca ubicar y describir cómo se expresa la cuestión social en Paraguay en términos de luchas y resistencias, demandas de la clase trabajadora y las respuestas otorgadas por el Estado en el marco del desarrollo del capitalismo. Se utiliza como matriz teórica el materialismo histórico crítico para repensar la cuestión social en Paraguay desde un proceso histórico crítico que haga un contra peso a la historia tradicionalmente conocida y hegemonizada. Se reconstruye este proceso vivido para establecer bases para el presente y diseñar un futuro para las mayorías, y se asume que en toda sociedad los procesos económicos determinan la base fundamental y a mismo tiempo determinan las condiciones sociales, políticas y culturales. Se discuten las bases económicas para comprender la sociedad en la que vivimos y para entender los vacíos existentes en cuanto a la construcción y consolidación del estado social de derecho, una ciudadanía consciente, estructuras institucionales que desarrollen e implementen políticas sociales para las mayorías, organizaciones/movimientos sindicales y sociales fortalecidos y con conciencia de clase, entre otros. Es clave comprender cómo se desarrolló el Estado en el país, cómo fueron tomadas las decisiones y qué momentos decisivos de la historia son los más relevantes para poder ubicar al Paraguay como un país capitalista alineado al orden mundial en el proceso de expansión capitalista. Se abordan categorías teóricas como la formación socio histórica del Estado Moderno, democracia, lucha de clases, cuestión social, políticas sociales, movimiento sindical. El artículo tiene como objetivo dar un punto de vista específico con una perspectiva integradora y que necesariamente invitan a ser ampliados y profundizados con posterioridad, y servir de base al desarrollo de clases impartidas en la carrera de trabajo social.

Palabras clave: cuestión social; capitalismo; clase trabajadora; Estado; movimiento sindical.

Abstract: The scientific article seeks to locate and describe how the social issue is expressed in Paraguay in terms of struggles and resistances, demands of the working class, and responses given by the State in the context of the development of capitalism. Critical historical materialism is used as the theoretical framework to rethink the social issue in Paraguay from a critical historical process that counterbalances the traditionally known and hegemonic history. This lived process is reconstructed to establish a basis for the present and to design a future for the majorities, and it is assumed that in every society, economic processes determine the fundamental basis while also determining social, political, and cultural conditions. The economic foundations are discussed to understand the society we live in and to understand the existing gaps in the construction and consolidation of the rule of law, conscious citizenship, institutional structures that develop and implement social policies for the majorities, strengthened labor and social organizations/movements with class consciousness, among others. It is crucial to understand how the STATE developed in the country, how decisions were made, and which decisive moments in history are the most relevant to locate Paraguay as a capitalist country aligned with the world order in the process of capitalist expansion. Theoretical categories such as the socio-historical formation of the Modern State, democracy, class struggle, social issue, social policies, and labor movement are addressed. The article aims to provide a specific point of view with an integrative perspective that necessarily invites further expansion and deepening and serves as a basis for the development of classes taught in the social work career.

Keywords: social question; capitalism; working class; State; labor movement.

 

 

Introducción

La tarea con este ensayo es ubicar y describir, cómo se expresa la cuestión social en Paraguay en términos de luchas y resistencias, pero a la vez en términos de demandas de la clase trabajadora y en las respuestas otorgadas por el Estado en el marco del desarrollo del capitalismo, atendiendo la singularidad con la cual se concretiza en el país[1] No resulta una tarea fácil, pero sí necesaria para situar las contradicciones que se van dando entre el capital y trabajo, y sobre todo para comprender en términos más concretos las características que tiene el Estado paraguayo y por ende las políticas sociales que ejecuta.

La matriz teórica desde la que se parte es el materialismo histórico crítico, pues se requiere re- pensar la cuestión social en Paraguay desde un proceso histórico crítico que haga un contra peso a la historia tradicionalmente conocida y hegemonizada, que ha sido la base de la educación formal, incluyendo la terciaria, al menos hasta fines de la dictadura.

Reconstruir este proceso vivido, es decir una historia que no sólo recuerde el pasado, sino que además establezca bases para el presente y diseñe un futuro para las mayorías, requiere explicitar y vincular la vida misma, las relaciones establecidas, las que siguieron desarrollándose y las que se darán como parte de esta sociedad. Se asume que en toda sociedad los procesos económicos determinan la base fundamental y a mismo tiempo determinan las condiciones sociales, políticas y culturales.

Colocar en discusión las bases económicas, como soportes para edificar sobre ellas la formación socio-histórica del país, como generadores de procesos permiten tener una mayor aproximación a las bases en las que se construyó y se sigue construyendo el ESTADO –NACION.

Estas bases si bien sirven para para comprender la sociedad en la que vivimos, proporcionan a la vez elementos teóricos entender los vacíos existentes en cuanto a: la construcción y consolidación del estado social de derecho, una ciudadanía consciente, estructuras institucionales que desarrollen e implementen políticas sociales para las mayorías, organizaciones/movimientos sindicales y sociales fortalecidos y con conciencia de clase, entre otros.

La comprensión de nuestra historia a partir de un marco crítico es clave para el conocimiento, de la estructura económica, política, social y cultural actual y para las propuestas que pudieran darse desde los diferentes ámbitos, donde la academia, juega un papel fundamental. Es clave comprender cómo se desarrolló el ESTADO en el país, cómo fueron tomadas las decisiones y qué momentos decisivos de la historia, como los más relevantes. Para hacerlo necesariamente se debe ubicar al Paraguay como un país capitalista, alineado al orden mundial en el proceso de expansión capitalista.

Las ideas que aquí serán discutidas son: formación socio histórica del Estado Moderno, democracia, lucha de clases, cuestión social, políticas sociales, movimiento sindical. Todas estas categorías de teóricas que son abordadas de forma simplificada han sido estudiadas por diversos autores nacionales y extranjeros, sin embargo, aquí son recuperadas no solo para el análisis sino para que sirva de base al desarrollo de clases impartidas en la carrera de trabajo social. Se busca pues dar un punto de vista específico con una perspectiva integradora y que necesariamente invitan a ser ampliados y profundizados con posterioridad.

Discusiones y debates

El contexto mundial y la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay

Es imposible hablar del proceso de conformación del estado moderno, del progreso en términos de la Ilustración, del rompimiento de cadenas del domino español sin dar un destaque fundamental a los hechos acontecidos en el país durante la Guerra Guazú (Grande) o Guerra de la Triple Alianza (1864-1870. No debe parecer al lector una letanía esta mención ya que éste episodio está ligado al proceso de expansión capitalista – iniciado a finales del siglo XVIII, Inglaterra, luego en Europa y posteriormente al continente Americano, y a las demás Colonias de dominio de los países europeos. Inglaterra se propuso liderar la hegemonía mundial del nuevo modo de producción que dejaba las rémoras de la etapa feudal, y se proyectaba como parte de un mundo industrializado y moderno. Tal es así que el imperio inglés llegó a dominar casi todos los mercados, por tanto, se ubica como centro de la expansión capitalista a Inglaterra.

(…) tenía una economía lo bastante fuerte y un Estado lo bastante agresivo para apoderarse de los mercados de sus competidores. En efecto, las guerras de 1793-1815, última y decisiva fase del duelo librado durante un siglo por Francia e Inglaterra, eliminaron virtualmente a todos los rivales en el mundo extraeuropeo, con la excepción de los jóvenes Estados Unidos. Inglaterra poseía una industria admirablemente equipada para acaudillar la revolución industrial en las circunstancias capitalistas, y una coyuntura económica que se lo permitía: la industria algodonera y la expansión colonial.  (Hobsbawm1997:38).

La expansión capitalista, que implicó además dominio de las rutas comerciales, territorios y recursos naturales- el territorio paraguayo del siglo XIX, para Coronel (2012) debe ser entendido como un centro geopolítico de disputa, que pudo haberse iniciado incluso ya desde la conquista y colonización española.

El Paraguay durante ese siglo ya había desarrollado un proceso de modernización, sobre todo con el impulso del gobierno de Carlos Antonio López y posteriormente de su hijo Francisco Solano López. Hechos que fueron posibles gracias a la bases construidas y heredadas del gobierno de Gaspar Rodríguez de Francia. Su gobierno asumió una particularidad sui genéris para su época, tanto en lo económico, lo político, lo público, entre otras. Solo por citar algunas que se conocen como la política educativa, es decir una educación del pueblo, la economía socializada, que permitió a las y los paraguayos desarrollar conocimientos, saber leer y escribir eran en ese momento acciones revolucionarias, pero ante todo que ésta provenga del propio estado y que la misma sea era gratuita y obligatoria, son factores que merecen ser colocados de relieve. El Paraguay durante del gobierno del Dr. Francia fue la “la sociedad más avanzada de la América Latina” (Schvartzman, 2011:79). El ESTADO tenía un papel preponderante en todo el proceso económico, social y cultural. Sigue diciendo que “Hasta 1870 no se dieron, entonces, luchas de clase, en el sentido estricto de luchas en tomo a la dirección civil que el concepto tiene en la teoría clasista”. (Ibidem: 77)

Se puede decir además que, la Guerra la Triple Alianza, por sus implicancias puede tener su correlato inclusive con el de una guerra mundial, tal cual se la conoció en el siglo XX. Fue pensada ideológicamente y financiada económicamente por Inglaterra, que en ese entonces tenía el domino exclusivo sobre todos los mercados marítimos. La barbarie con la cual se buscó aniquilar al Paraguay y su población del mapa mundial, sólo puede ser entendida en términos de extermino. Si bien la guerra dura 5 años en campos de batalla, una vez finalizada se viven casi 10 años de ocupación por parte de Brasil (reino de Portugal) que fue marcada por la violencia y dominación en todos los sentidos, con libertades para ejecutar castigos ejemplificadores como los aplicados en épocas feudales, sobre la población que sobreviviente, principalmente mujeres, campesinas e indígenas y niños. La dominación pasó a ser el lenguaje socializado tal como lo fuera en la colonización.  

En otras palabras, para finales del siglo XIX, la potente nación paraguaya había sido diezmada y su población dominada. El pago de la deuda de guerra hecha por el Paraguay, generaron ingresos millonarios en los bancos de Inglaterra. Una vez apaciguado el corazón de América del Sur las puertas para desarrollar sin mayores trabas el avance del dominio inglés- en términos capitalistas- sobre el continente estaban abiertas y resguardadas. De esta forma se dio pie al fortalecimiento del libre mercado, uno de los pilares del capitalismo en su fase expansiva.

Tan sólo a poco más de medio siglo de finalizada la guerra, nuevamente Paraguay es centro de disputa política iniciada por los bloques hegemónicos del capitalismo mundial. Se instala la Guerra del Chaco (1932-1935), la cual debe ser analizada también en el marco de la crisis del capitalismo y de la lucha por el dominio de territorios y mercados por imperialismo Norteamericano[2].

Ambas guerras contribuyeron a otorgar al continente Americano y al Paraguay en particular un papel en la división internacional del trabajo, como productor de materias primas. Si se toma en cuenta el escenario mundial occidental, se puede asumir que al poner en crisis la hegemonía mundial de Inglaterra, sobre todo en el siglo XX posterior a la Primera Guerra, una de las salidas del imperialismo Norteamericano fue sin duda alguna la búsqueda y consolidación como bloque de dominación económica, ideológica/política, cultual, y sobre todo territorial, en América, de Sur, la guerra contra el Paraguay puede ser vista como su prueba de fuego.

Y la cuestión social, ¿cómo se entiende en todo este proceso? Algunos elementos para para el análisis

Iamamoto (1992) plantea la cuestión social como la relación contradictoria entre capital trabajo, que debe ser vista en su doble dimensión contradictoria, ya que es al mismo desigual y a su vez, se revela ante esta desigualdad. Y es aquí que las y los sujetos explotados por el capital, se oponen desde las resistencias, enfrentándose históricamente a ellas, ya sea desde las primeras destrucciones a las máquinas en Inglaterra, las luchas revolucionarias, tomas del poder, la organización de las masas trabajadoras en sindicatos, entre otras.

Para la autora citada anteriormente, la disciplina del trabajo social, trabaja con las múltiples expresiones cotidianas de la cuestión social vividas en diferentes ámbitos y es una profesión que se inserta en la división social y técnica del trabajo. Esta situación particular de la profesión también se presenta como contradictoria, y requiere por tanto de la comprensión y aprehensión del proceso del materialismo histórico para ser entendida en esta doble dimensión.

Neto (1992) por su parte indica que, si bien la “cuestión social” nace siendo esencialmente moralizadora, con el fin de desdoblar el concepto de pauperización –consecuencia sine qua non- del nuevo modo de producción capitalista, que comenzaba a expandir su hegemonía hacia finales del siglo XIX. Por tanto, para el autor, esta acepción nace con una clara intención de ocultar las condiciones de explotación y dominación y por lo tanto requiere ser vista como un elemento que forma parte de esa contradicción del capital sobre el trabajo, es decir subsume a este último. Así mismo el término cobra visibilidad pública y por ende política, cuando las y los trabajadores (proletarios) en el marco de una conciencia de clase y conciben que existe desigualdad, entienden las condiciones de explotación en las que se encuentran atrapados, pero aun así buscan hacer frente a dicha situación y por lo tanto exigen mejores condiciones para su vida.  Estas “mejoras en todo siempre paliativas” se van- y se siguen dando como respuestas a esas expresiones de desigualdad y rebeldía, por lo tanto, también son conquistas de la clase trabajadora en esa disputa por lograr mejores condiciones de vida, de subsistencia, y al mismo tiempo, se inaugura esta “cuestión social” como el eje de acción central del trabajo social desde las políticas públicas y sociales.

Ambos autores tienen como base la perspectiva crítica basada en los planteamientos de Marx, para mirar la historia y en ella las relaciones que se establecen en la sociedad, el Estado, los mecanismos de producción, las transformaciones que se dan en el mundo del trabajo. Para ambos casos, ya sea para asumir que el trabajo social tiene como materia prima las expresiones de la cuestión social o a las políticas públicas, es indispensable la comprensión del proceso histórico desde una perspectiva crítica.

Para ir sumando a este análisis, y adentrándonos a algunas complejidades propias del desarrollo capitalista, se recoge los planteamientos trabajados por Rafael Barret, que, si bien no forman parte del cotidiano discutir en el espacio académico, contribuyen para entender cómo se fue instalando la cuestión social en Paraguay. Barret, desde la experiencia vivida en el país desde 1904, coloca una discusión interesante sobre la llamada cuestión social: consideraba que el país a pesar de no contar con un proceso de alta industrialización, la cuestión social existía y estaba más bien invisibilizada no reconocida por el Estado moderno incipiente, sin embargo estado el fin, al servicio de los capitales extranjeros que explotaban a las y los trabajadores –en los yerbales- sin ningún tipo de regulaciones, pero si en consonancia con el proceso de expansión capitalista y por ende con las consecuencias de hambre, miseria para la clase trabajadora

Barretl escribe sobre la cuestión social en Paraguay, caracterizando como se desarrolla, haciendo un esfuerzo en que ésta pueda ser evidenciada:

(…) las transformaciones políticas impulsadas por la clase trabajadora en el mundo, sintomáticamente como respuesta a una serie de artículos en donde el economista Rodolfo Ritter concluía que la llamada “cuestión social” no era tal en el Paraguay por el simple hecho de su atraso con respecto a los centros del capitalismo mundial. La caracterización de la vida en los yerbales en 1908 hecha por Barrett, permite dimensionar el avance del modo de producción capitalista. (Brítez: 2014: 25).

Las reflexiones de Barrett, permiten colocar a “los yerbales” como la expresión visual más clara de la miseria generada por un enclave capitalista. Hoy esta expresión visual puede ser comparada con el predominio de la economía agroexportadora con cultivos expansivos de soja transgénica, la utilización exclusiva de agrotóxicos, lo que a su vez acarrea graves problemas, no sólo la expulsión de campesinos e indígenas de sus tierras, sino también evidenciando el despojo además de sus medios de vida y subsistencia, dejando a su paso, problemas en la salud, física, neurológicas, que se suman al desarraigo, a la marginalidad y la exclusión social. Esto es sin duda alguna expresión de la cuestión social.

Castell (2009) también recupera a Barrett y lo coloca como uno de los pocos intelectuales de la época de inicios del siglo XX, porque identifica y expone la existencia de la cuestión social en Paraguay, es decir de la contradicción capital/ trabajo como consecuencia de la expansión capitalista y por ende a la incorporación del país dentro de este sistema mundial.

Muy pocos intelectuales paraguayos de la época estaban dispuestos a aceptar: la presencia de una cuestión social en el Paraguay hacia el centenario de su independencia. Es interesante resaltar al respecto que los festejos proyectados para 1911, fueron salteados debido a la guerra civil desatada ese año y que no eran más que la prolongación de una anarquía política casi ininterrumpida desde 1904. Anarquía que encuentra sus causas estructurales en las mismas condiciones socio-económicas que también modelaron la emergencia de la “cuestión social”, con las particularidades que tuvo en el Paraguay derruido y estancado de principios de siglo XX. (Castell: 2009: sd)

Las ideas colocadas por Barrett, y tomadas por algunos autores que son recuperados en este documento, explican y caracterizan el proceso de desarrollo del país y el reconocimiento en el escenario público de la cuestión social. En este sentido se toma como referencia principal a Coronel (2012) para recuperar y reflexionar sobre las ideas presentadas que permiten caracterizar en profundidad la idea de cuestión social.

La expansión capitalista: Paraguay ¿qué papel asumió?

Recuperaremos algunos puntos relevantes de este análisis. Como primer punto, es reconocer el lugar o el escenario en el cual suceden los hechos, por tanto, ubicar al país dentro del continente colonizado, en medio de luchas territoriales con sustento básico en la explotación de los recursos naturales descubiertos en la nueva tierra. Marx al hablar de la acumulación originaria indica que Europa/ Reino Unido, no hubieran sido el centro del desarrollo industrial /capital y el capital, no podría haberse extendido con tanta facilidad sin la explotación de los recursos naturales, la dominación y la política imperialista con la que se relacionó con sus colonias y la población originaria. “Las colonias brindaban a las nuevas manufacturas que brotaban por todas partes mercado para sus productos y una acumulación de capital intensificada gracias al régimen de monopolio” (Marx, 2016:635).

Se puede mencionar como segundo dentro del proceso de expansión capitalista (Europa del siglo XIX 1800 en el marco de la Revolución Industrial) situar el contexto de Paraguay, que se encontraba en proceso de consolidación de su independencia, iniciada en 1811. La independencia del Paraguay de la corona española tiene como referencia inmediata al gobierno de Francia, lo cual permite trazar un antes (pueblo esclavizado, dependiente, sometido al imperio) y un después del Dr. Francia. Puede decirse que, desde el gobierno de Francia, ideo un tipo de estado en el cual el pueblo debía ser entendido en una nueva relación social y restablecerse como sujeto dentro de la construcción de un estado/ nación, dejando atrás el proceso de dominación como consecuencia de la conquista y la barbarie. Se sabe que las acciones de su gobierno incluyendo las políticas públicas implementadas deben ser miradas y entendidas en el concierto de los cambios acontecidos a nivel mundial y del papel establecido por el capital para los países (mal llamados periféricos) que consideraban como posesión suya, por haber sido “conquistados y colonizados”.

El Dr. Francia puede ser ubicado como el estadista que inicia el proceso de construcción del ESTADO –NACIÓN. Durante su gobierno le cupo establecer políticas que permitieron construir la nación paraguaya, entendida ésta como un espacio territorial, delimitado, con usos y costumbres colectivizadas y con sentido de unidad o identidad asumida por él, desde el mestizaje como uno de los elementos fundamentales que le permitiría construir la nación. Plantea además modificaciones sustantivas en cuanto a lo económico, cultural, político e incluso religioso. Acciones que muy tempranamente serán observadas como contrarias al avance capitalista mundial: ya que la base más clara de este gobierno, fue la apropiación de los medios de producción, riquezas naturales e instrumentos, considerados como un bien público.

Enfrentar a la cuestión social desde el gobierno de Francia.

Se parte de la afirmación de que el Paraguay no quedó por fuera del proceso de expansión capitalista, sólo que esta forma de expresión industrializa no se logra imponer como una hegemonía ni en el país ni en el continente Sudamericano. Los países que lo componen pasaron a ser productores de materia prima- el Paraguay casi con exclusividad y tendencia de serlo siempre. Ahora bien, este hecho no puede ser asumido de forma natural porque es sabido que nada es resultado de un fenómeno natural cuando se habla del proceso de expansión capitalista. Si en la actualidad -inicios del siglo XXI- se sigue planteando que el Paraguay es un país “atrasado y dependiente”, porque no logró el impulso de la industrialización y esto a su vez es causa de su pobreza y sub desarrollo, tal afirmación debe ser problematizada en el orden del capitalismo mundial, sobre todo comprender el proceso histórico en que se desarrollaron las fuerzas productivas ya que estas fueron “obligadas ” a desarrollar un tipo de función, proveer materias primas al capital internacional. Las guerras, del dominio de su territorio, de su cultura de historia y de su proceso de soberanía fueron la estrategia utilizada que dio mayores resultados. Schvartzman (2011) hace referencia al desarrollo de las fuerzas productivas inicando desde un sentido más bien socialista y que éstas pudieron haber sido sido inagurada por el Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia.

¿Por qué es relevante recuperar el gobierno del Dr. Francia? En primer lugar, porque arroja datos del proceso histórico que periten entender un poco las condiciones actuales del país. Si bien hablar del gobierno del Dr. Francia es controversial sobre todo para la mayoría de los intelectuales que han escrito sobre este periodo sacándole del escenario internacional, existen otros que han logrado una mirada precisa que cada tanto vale la pena revisarlas y reflexionar sobre ello. Además, es parte del proceso inicial de un pueblo, de manifestación genuina en la construcción de la identidad como pueblo, como paraguayas y paraguayos y que lastimosamente han sido abordadas con sesgos punitivos durante mucho tanto en la educación básica como en la terciaria. A pesar de sus detractores (teóricos anti-Francia) existen comprobaciones objetivas que brindan datos sobre el gobierno del Dr Francia indicando que fueron desarrolladas políticas públicas importantes. Entre las acciones estatales desarrolladas, se destacan las asambleas del pueblo, la separación del estado de la iglesia católica, las instrucciones obligatorias el trabajo en las estancias de la patria, el resguardo de las fronteras, las ideas de soberanía popular, principios todos que habían sido enarbolados ya en tiempos de la Revolución Francesa, que se expandieron por todo el mundo llegando incluso a nuestro continente.

Francia puede ser visto también como una figura legitimada por un pueblo, vale recordar que la independencia del Paraguay no preciso del uso de la fuerza bélica, situación que dejará de estar presente en casi todos los procesos posteriores. “El establecimiento de la dictadura popular–continúa– no espontánea ni arbitraria, fue la directa consecuencia de la histórica lucha dentro de la sociedad de clases del Paraguay” (White: 75: 78).

Por toda esta complejidad al hablar del Dr. Francia y su gobierno resulta relevante colocar algunos aspectos que pueden ser ubicados como definiciones de orden político social y que pueden ser entendidas como estrategias para hacer frente a la cuestión social y que buscaron lograr una mayor legitimidad en el proceso de la identidad como nación. Por ejemplo; prohibió el casamiento entre españoles, situación que obligó necesariamente a conformar una masa poblacional mestiza, despojó a los conquistadores de sus posiciones y privilegios, liberó a los esclavos, y obligó a la iglesia católica a replegarse. Todas estas acciones pueden ser enmarcadas también como elementos que arrojan el pensamiento de la ilustración y los resultados que deja la Revolución Francesa con las ideas de libertad, igualdad y fraternidad.

Coinciden tanto Schvartzman (2011) y Coronel (2012), en cuanto a la economía y el trabajo, que las dos clases sociales sobre la cual el Dr. Francia construye su base social para el primer periodo independiente fueron los chacareros (una especie de burguesía rural) y la burguesía urbana; artesanos, pequeños y medianos productores, entre otros.)

Francia, crea de esta forma un tipo de Estado con soberanía popular y no un estado liberal requisito fundamental para la instalación y consolidación de las relaciones capitalistas producción y reproducción. Si bien durante su gobierno se desarrolla las fuerzas productivas de tipo capitalista, esta acumulación no pudo darse desde una clase burguesa ya que desde el estado se centralizó el poder. Sin embargo, este proceso no estuvo exento de contradicciones, que también deben ser colocadas como parte del proceso histórico.

El bloqueamiento del desarrollo mercantilista –que no permitió la consolidación de la propiedad privada de la tierra como principal medio de producción, ni la progresiva diferenciación de los productores en clases sociales, por medio de la apropiación de excedentes productivos– no significó la ausencia de explotación ni de la extrema pobreza. (Schvartzman, 2011: 70-71)

Por otra parte, se puede ubicar como elemento particular, que a pesar de las contracciones la socialización de los excedentes de las Estancias de la Patria, en el primer periodo de gobierno, sirvieron de base para evitar la formación de la clase propietaria. En cuanto al manejo financiero, se tiene otro ejemplo; el crédito hipotecario estatal costaba 6% anual, mientras que, en la Argentina, el comercial costaba entre 18% y 24% anual (Núñez, 2011:117-118).

Es importante recordar que en poco tiempo (menos de 15 años) el país poseía una balanza comercial favorable, no tenía desempleados, la educación alcanzaba a 30.000 niños y el analfabetismo casi desapareció, los alumnos con menos recursos eran alojados y alimentados por el Estado (Guerra, 1984:117).

El contexto de gobierno de Carlos Antonio López: Relaciones capitalistas de producción, la Guerra de la Triple Alianza y sus consecuencias.

El proyecto lopista se asentó en los tres pilares básicos de la revolución democrática burguesa: 1) reforma agraria, la que heredó de su predecesor, entregando tierras e implementos agrícolas al campesino; 2) industrialización, y 3) creación de un mercado interno. Sin embargo, el régimen no era liberalismo total. Don Carlos consolida un capitalismo de Estado rígido y centralista entorpeciendo las fuerzas productivas privadas. (Coronel: 2012). Indica igualmente que Carlos Antonio López, recibe un estado sin deudas, una economía, sólida, población alfabetizada, y homogénea.

Schvartzman, (2011) refiriere que el gobierno de Carlos Antonio López, fue orientado hacia la formación de una clase política, a través de la formación de latifundios privados, la apertura al mercado internacional y las posibilidades de incorporación de capital y tecnología industrial, todo esto se frena con la Guerra de la Triple Alianza.

En cuanto a la política exterior, una de las primeras medias adoptadas por el mandatario, fue la de abrir las fronteras al mercado internacional, pero dio mayor poder al Estado, se restituyen las tierras expropiadas, se instala la propiedad de la tierra como elemento indispensable para el avance capitalista. Así mismo se reconoce la tierra como posesión de hecho y se impone aun impuesto a las mismas. Confiscó tierras de la población indígena y expropió tierras del Estado a favor de propietarios privados. Liberalizó el mercando interno, lo cual favoreció a la burguesía rural.

La apertura del Río de la Plata a su vez, permitió la exportación de productos, así como la importación de maquinarias para la industria. Se estimuló la radicación de migrantes, se vuelven a establecer las clases anteriores (hacendados, comerciantes, yerbateros), se conforma una masa proletaria amplia, con la liberación de indígenas.

El gobierno de Don Carlos se anima a realizar, lo que se conoce como reproducción ampliada de capital (Marx, 1983:80-83), para ello adopta medidas radicales: “Liberaliza por ley las tierras el 26 de noviembre de 1842 poniendo en vigencia las leyes de Castilla y de Toro” (Pastore, 2008:172-173). A través del decreto del 7 de octubre de 1848 confiscaba todas las tierras comunales y privadas de los 21 pueblos de indios, con lo que el Estado se quedaba con la propiedad de extensas tierras y con todo el ganado que durante 300 años (colonia y gobierno de Francia) pertenecieron a los indígenas. Las estancias “La Patria” aumentaron a 65, con lo que se amplió la producción nacional. Realiza además reformas en la economía, desarrollo industrial, tales como: la construcción del ferrocarril, la fábrica de hierro el telégrafo, el cabildo, el teatro nacional, la catedral, la aduana y la imprenta, crea unas 300 escuelas, además de las escuelas de medicina, filosofía, derecho, latín y matemáticas. Coronel (2012)

Lo concreto como en el mundo entero fue: que las múltiples manifestaciones de la cuestión social que resultaban como consecuencia del capitalismo mercantil y posteriormente industrial dejaban una masa proletaria que sufría las consecuencias de este desarrollo que vivía el país. Por un lado, la burguesía rural (mboriajú ryguata) se fortalecía como clase por la comercialización de los rubros de tabaco y algodón, y el proletariado rural (mboriahu apí), fue sintiendo el impacto del mercado competitivo, si antes le bastaba trabajar para vivir en abundancia, en este proceso, debió vender su fuerza de trabajo dentro de las fincas agrícolas y ganaderas, dentro de otro contexto económico.

En 1846, se estatizó la propiedad de la yerba y la madera de uso naval, generando recursos para el fisco y materia prima para la protección. Elevó el impuesto a la exportación, las actividades industriales y comerciales aún estaban bajo el control del estado.

“La economía mercantil obligó a un tipo de monocultivo para la exportación, tabaco, algodón, quedando relegada la economía para la subsistencia, llegando incluso en el año 1857 a exportar alimentos para el consumo de Buenos Aires, para evitar hambruna en la población más pobre.” (Whigam, 2010:83, citado por Coronel, 2012: pág. 185).

Este modo de producción económica favorecía a la burguesía rural comerciante (1850). Así mismo puede considerarse como el primer surgimiento de la clase trabajadora, “libre y dependiente” del capital privado.

Nace así el capitalismo agrario y mercantil que obtenía plusvalía haciendo de intermediación comercial entre el proletariado rural y el Estado, que monopolizaba prácticamente todo el comercio exterior. La clase mercantil inició su proceso de acumulación a través del comercio de la yerba mate, de gran demanda en el mercado internacional (Whigam, 2010:13-19, citado por Coronel: 2012)

Las condiciones políticas y económicas con las que llega el país a la guerra de 1870, marcaron un futuro muy duro para la población paraguaya, que estaba acostumbrada al trabajo, y con ello a la satisfacción de sus necesidades básicas, siempre en el marco de una diferencia de clases, pero que permitía una vida sostenida a partir del trabajo y su reconocimiento como tal.

Las causas que genera la guerra responden necesariamente a las dificultades con las que se encuentran las potencias mundiales para transferir al país al orden mundial del desarrollo del capital: explotación del proletariado y apropiación de la plusvalía.

Hoy en día puede decirse que las guerras han sido elementos claves para el fortalecimiento del capital, la Guerra Grande de 1870 contra el Paraguay no queda fuera de este indicador. Por ejemplo, el financiamiento para la guerra requiero de endeudamientos muy altos para los países. Brasil, por ejemplo: recibió créditos por 20 millones de libras. En cinco años había prestado el doble de lo que prestó en cuatro décadas. En 1875 la casa Baring entregó en empréstito una suma similar a la Argentina, y 3 millones al Uruguay”. (Chiavenato, 1989:87, (citado por Coronel, 2012: págs199-200).

De esta forma aún como países que “ganaron” la guerra quedaron bajo el dominio de Inglaterra hipotecando prácticamente sus propios países. Es así, que puede entenderse que la guerra fue un negocio de alta rentabilidad para el gobierno británico; recuperó el mercado paraguayo y se quedó con ganancias multimillonarias por la vía de créditos otorgados a la Triple Alianza. (Chiavenato, 1989:87, citado por Coronel, 2012: págs199-200).

En términos sociales y culturales, se asume que “la guerra de la Triple Alianza fue una guerra de exterminio, un holocausto que abortó el desarrollo independiente paraguayo, que avanzaba decidido hacia la revolución industrial” (Herken, 1975:44; 62 citado por Coronel; 2012 pág. 201).

Existen discusiones en cuanto a las cifras exactas de pérdidas humanas que tuvo la guerra, el más cercano a la realidad indica que fue aproximadamente un 60 o 70% de la población (calculada en 450.000 aproximadamente). Para dimensionar estas cifras que no tiene precedentes en el mundo, Rusia por ejemplo perdió 20.000.000 de personas en la segunda guerra mundial, un 12% de su población. (Rivarola, 2009)

Nación sin viejos, sin recuerdos casi. El aniquilamiento continúa–, no igualado en ninguna época, fue absoluto; el hachazo formidable. La raza fue ajusticiada, los bordes de la herida, altos como los de un precipicio, no se soldaron nunca, y un pueblo, por espontánea generación, nació de un mar de sangre”. (Barret, citado por Castell, 1988: 85, t. IV. 2009)

Los problemas que dejó la Guerra Grande

Las repercusiones para el Paraguay no fueron menores, además de las vidas perdidas de vida, debió pagar los costos ocasionados por el acto bélico y para ello tuvo que recurrir a un préstamo para el pago de las “deudas de la guerra”. El préstamo fue otorgado por el banco Baring, el mismo que prestó dinero a la Argentina para financiar la guerra. En unos pocos años las deudas paraguayas eran ya millonarias. (Coronel, 2012: 202)

El año 1870 merece ser colocado como un punto de quiebre incuestionable en la historia del Paraguay. Una vez que termina la ocupación del Imperio en 1876, aparece como estrategia: la opción armada fue dejada de lado por una política de penetración económica que terminó por transformar al Paraguay en una zona de complementación del agro argentino.

Castell, (2009) tomando los escritos de Barret indica que él debela la explotación de los yerbales en el Alto Paraná y los quebrachales en el Chaco Boreal. Así mismo ubica los años 1904 en el cual se desarrolló la sangrienta guerra civil, que inicia la hegemonía del Partido Liberal y los capitales anglo-argentinos en el país. Cuando estalló la insurrección de los liberales contra los colorados, éstos llevaban ya más de 20 años en el poder, habiéndose asentado en él poco después de terminada la guerra del Paraguay. Es imposible entender el estallido que se produciría en 1904 sin relacionarlo con esta característica de la reconstrucción política y económica de la posguerra, que hizo del Paraguay un gobierno satélite del Brasil y una semi colonia económica de la Argentina. (Castells, 2009).

Otro de los puntos relevantes que hasta la fecha permiten visualizar no sólo la tremenda desigualdad en térmimos de posecion de la tierra que perdura hasta la fecha, fue la venta de las tierras fiscales. Estas ventas masivas fueron iniciadas desde 1885, amparadas en una ley de ventas de tierras fiscales. La tercia parte de la superficie del país estaba en propiedad de 163 personas. Se realizan además la venta de las empresas estatales, yerba mate, ferrocarril, útiles del arsenal, imprenta nacional, edificios públicos, el endeudamiento es cada vez más grande y se consolidan los enclaves como forma productiva igual a grandes feudos y con ello se consolida la propiedad privada.

Para el año 1886, el analfabetismo ya había alcanzado al 86% de la población. Las desigualdades sociales eran abismales, sólo el 6% de la población campesina y trabajadora tenía casa propia, mientras que 163 propietarios eran dueños de más de 15 millones de hectáreas de tierra, la tercia parte de la superficie del país (Rivarola, 1993:183-185). Durante seis décadas el Estado permanecería endeudado (Cardozo, 1988:296, citado por Coronel; 2012, pág. 203)

Los enclaves: alcances y consecuencias

La inserción definitiva al mercado mundial capitalista y el modelo agro-exportador dependiente y atrasado, se patentiza con claridad desde la década de los 1890, con el auge de los enclaves. Carlos Cazado se constituyó en uno de los principales y fue la situación vivida por las familias trabajadoras graficada en los escritos de Barret.

…los enclaves tanineros y los yerbales se consolidaban como grandes feudos, con regímenes de explotación esclavistas, bajo condiciones laborales paupérrimas. La tuberculosis, la desnutrición y el alcoholismo hacían estragos de los trabajadores. La “civilización” que trajo la libre empresa había retrasado al país a modos de producción esclavista (Gaona, 1987:44, citado por Coronel; 2012, pág. 202).

La economía se basaba en: la inversión extranjera, grandes latifundios, institución de los enclaves agro exportadores, que se constituyen en los ejes de la acumulación. Por otra parte, se tenía una agricultura mini fundaría de baja productividad, vinculada a la exportación y a cargo de la producción para el autoconsumo.

Los enclaves más importantes según Molinier (2012) fueron: CARLOS CASADO LTD (1885) en Chaco, LA INDUSTRIAL PARAGUAYA S.A (1886) en la Región Oriental, la SOCIÉTÉ FONCIERE DU PARAGUAY (19009 en Concepcion, FARQUHAR. Sindicato Norteamericano (1911-1912), que compró el paquete accionario mayoritario de La Industrial Paraguaya.

Desde 1893 a 1917 se instalan otras grandes firmas 4 inglesas, 1 argentina, 1 uruguaya y 1 franco-belga) se dedicaron a la cría de ganado en forma extensiva, la saladería y la curtiembre, haciéndose propietarios de 1,435.680 hectáreas cada una. En el Chaco, (2 argentinas, 2 inglesas y 2 norteamericanas). Desde fines decenio de 1880 se elevaron los niveles de exportación, pero no cesaron las fluctuaciones a la baja. La diversificación productiva y de las exportaciones no generará una integración productiva y el consiguiente desarrollo industrial. El intercambio interno y externo de la economía paraguaya fue mediado por el peso argentino. Ninguna moneda fue acuñada en el país.

La fábrica de explotación del quebracho, ha representado la expresión más clara de la explotación del hombre por el hombre, dentro de la modernidad, ubicando las relaciones de producción dentro del régimen feudal con niveles de explotación inimaginables. Recordar la vida en Puerto Casado es doloroso, sin embargo, debe ser ubicado como una de las formas de producción que agotó una de las riquezas naturales del país.

Casado controlaba todo. Profesiones independientes estaban prohibidas, una vez que un miembro de la comunidad no trabajaba más en la estructura empresarial, tenía que abandonar el lugar. Los hijos de los obreros sabían que iban a trabajar en la fábrica como sus padres; el destino individual estaba prediseñado. La posesión de chanchos, gallinas, huertas o chacras estaba prohibida y su tenencia causaba el traslado forzoso. Toda la alimentación había que comprar en el único almacén del pueblo de la propiedad de la empresa. El poblador tenía interdicto de resolver desperfectos en las instalaciones eléctricas o de agua en su hogar; la fábrica se encargaba. Era un sistema perfecto (y perverso) de generar una dependencia absoluta del patrón, en todas las dimensiones de la vida” (Kretschmer, 2011:15. Citado por Moliner; 2012: pág. 225)

Para Molinier (2012:246) el contexto post guerra y los 30 siguientes años, implicaron: una reconstrucción nacional o lo que resultó del intento originó un sistema profundamente desigual, donde los pobres, la mayoría de los hombres, mujeres y niños, fueron abandonados a su suerte, en cuanto al proceso de formación de capacidades de producir sus condiciones y medios de vida y recuperar sus valores.

La crisis mundial en el año 1929 encuentra al Paraguay dentro de un proceso de escasa o precaria industrialización y nuevamente ante un contexto de guerra (1932-1935). Se puede decir que este problema a mundial afecto la economía del país a nivel externo (exportaciones), ya que la mayoría de las familias se dedicaba al cultivo tipo familiar. En este tiempo, bajaron las exportaciones lo cual incidió en la economía, sobre todo porque se contaba con una economía débil y muy ligada a las exportaciones y a la economía del país vecino, principalmente Argentina. Este hecho también afecto el nivel de empleo en algunos sectores, no sólo vinculados con la producción sino también con los servicios, como transporte, carga y descarga portuaria, entre otros

Estos elementos permiten profundizar la cuestión social en Paraguay y sus expresiones concretas, marcadas fuertemente por la posesión desigual de la tierra y las consecuencias directas en la masa de proletarios, evidenciándose y las contradicciones entre el capital /trabajo Esta producción del capital, se da a nivel mundial y en Paraguay forma parte de este orden mundial.

Otro punto que interesa colocar aquí es cómo fueron desarrollándose los núcleos productivos, no ha sido casual la migración de menonitas, que se inicia ya desde 1917 pero se amplía de forma acelerada posterior a la Segunda Guerra Mundial 1945, instalándose en 4 colonias Chaco Central Filadelfia, Loma Plata; Neuland, y Friesland, y en Bergthal y Sommerfeld, en el departamento de Caaguazú, en la región Oriental. Estos grupos pueden también considerarse como enclaves en términos productivos y se constituyen en sistemas de explotación de mano de obra indígena principalmente, aunque no existan estudios sólidos que permitan abordar el tema. La comunidad menonita del Paraguay es una de las mayores en América Latina, (Moliner: 2012)

En la década de los años veinte (1920) se incorporan nuevas agroindustrias y la exportación de rubros agro-frutales promovidos desde fines de los años ochenta en las colonias de inmigrantes. De los naranjos dulces, naranjos agrios (para la extracción de la esencia de petit grein de las hojas); el maní, coco, que fueron incorporados para el autoconsumo.

En resumen, tomando los niveles de dependencia del país y la expresión concreta del imperialismo como capitalismo de los monopolios, se puede concluir que el Paraguay funciona como un enclave al servicio de los intereses de las grandes potencias extranjeras, donde también la cultura autóctona esta avasallada por la cultura extranjera que construye niveles de desmoralización y engaño en nuestro pueblo para mantenerlo explotado y dominado. Recordemos que, a nivel mundial, la crisis que resulta de las consecuencias de la segunda guerra mundial (1939-1945) volvió a reconfirmar al país como exportador de materia prima.

Las consecuencias de la Guerra del Chaco, la organización del Estado sus acciones y consecuencias

Las causas de la guerra del Chaco, como es sabido fueron eminentemente comerciales, obligando a dos pueblos a levantarse entre sí, Paraguay y Bolivia (1932-1935. Las potencias hegemónicas querían seguir teniendo un control de la región tales como: la inglesa, Shell -. Royal Dutch- y la norteamericana, Standard Oil (Exxon de la familia Rockefeller) Una vez finalizada la guerra, los veteranos presionan al gobierno para que sean atendidas sus demandas. La revolución febrerista de 1936, y el gobierno de Rafael Franco, marca un hito importante en el país, logrando incorporar algunos cambios, “jornada laboral de 8 horas, seguro social, además se promulga la Ley de Colonización, la cual daba mayores privilegios a los campesinos especialmente a los veteranos, quienes son nominados como sujetos de la reforma, (Coronel, 2011, pág.153). Sin embargo, en menos de 2 años, Franco presionado por la oligarquía fascista, promulga la Ley “152 prohibiendo las movilizaciones populares consideradas como parte del plan de infiltración comunista”. (Coronel, 2011, pág.158). En este año también se crea el Ministerio de Salud Pública, para dar respuestas a las secuelas que dejo la Guerra del Chaco en materia de salud.

No cabe dudas que los gobiernos que surgen de la post guerra pueden ser ubicados como dentro del pensamiento liberal. Algunos hechos que deben señalarse lo reflejan: para el año “1940 el país contaba con 90 mil campesinos sin tierra y 25 latifundistas que concentraban en su poder 12 millones de hectáreas”. (Coronel, 2011, pág. 162). En este mismo año comenzaba a discutirse, a raíz del problema de la tierra el Estatuto agrario, considerado como como un elemento más de la burguesía emergente del país.

Siguiendo lo analizado por Rojas, (2014) se puede decir que la economía paraguaya es vista dependiente del capital internacional, cuenta con grandes enclaves en zonas rurales 1,2% de propietarios (ocupaban el 60% de las tierras) y las fincas de hasta 10 hectáreas eran el 79,2% y accedían solo al 18,5% de las tierras.

La mirada de nuestro país como productor de alimentos se reafirma a finales de la guerra del Chaco, con los acuerdos de cooperación iniciados formalmente durante el Gobierno de Etigarribia en el año 1939, y luego en 1942 da origen al programa Servicio Técnico Interamericano de Cooperación Agrícola, (STICA), a partir del convenio firmado con los EE. UU., en el marco del desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, buscando el abastecimiento de alimentos. Este programa buscaba instalar la modernización en el sector agrícola, desde este programa se promovió la migración de campesinos de sus “tierras ocupadas de la zona central” hacia otras a ser ocupadas, expandiendo de esta forma las fronteras sobre todo hacia Acahay y Misiones sobre todo en 1948 (Rojas, 2014).

Con él con el gobierno de Morínigo, (1940 -1948), se crea, por un lado, instituciones que permitían dinamizar la economía, y a la vez “atender” por así decirlo algunos problemas sociales, que quedaron como resultado de la guerra, y de las revueltas políticas. Se puede decir que el Estado en términos de estructura institucional amplía sus bases de forma tal a atender las necesidades de la población, tanto en el ámbito económico, político, educativo, del sector salud, el tema agrario, las obras públicas, entre otras. Se van re- estructurado las siguientes instituciones, Ministerio del Interior y Justicia, Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, Ministerio de Hacienda, Ministerio de Educación, Ministerio de Agricultura; Ministerio de Industria y Comercio, Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, Ministerio de Defensa Nacional. Así mismo se crea como desentendencia del Ministerio del Interior La “Comisión Nacional de Asistencia Pública y Beneficencia Social.

Las alianzas establecidas, por el mandatario con países vecinos como Chile, Brasil, y el imperialismo Norteamericano, Estados Unidos, mediante firmas de convenios, funda una nueva alianza que no es gratuita, sino que además de endeudar al país, lo obliga asumir la política exterior de los EE. UU. como una política interna. EE. UU. está presente en todas las iniciativas del estado, económicas, sociales, culturales, de forma a asegurar la alianza a los idearios de este país hegemónico.

En el año 1944 se dejan sin efecto las leyes referidas al tema agrario, y los campesinos son ubicados como “intrusos” de las tierras que ocupaban.

Con estos decretos el 63% de los agricultores se proletariza. En la década del 50; 97,23% de población campesina no era dueña de su tierra; 64% de la producción ganadera era controlada por 540 propietarios ganaderos). Aunque se planteó el impuesto a la propiedad latifundista, para que el Estado pudiera financiar programas sociales, lo recaudado sólo alcanzo un 4,3%, monto muy reducido en comparación a las grandes extensiones que debían pagar impuestos. (Coronel, 2011, pág.164)

Fueron vendidas también unos 80.000 km2 de tierra recuperadas de la guerra del Chaco, de esta forma se sentaba bases para una nueva clase latifundista, expulsando cada vez a los campesinos de la tierra.

La llamada primavera democrática en 1946, sólo duró 6 meses, y finaliza con la revolución de 1947. Es aquí donde las fuerzas armadas pueden ser consideradas como un partido más, se da inicio a una guerra civil. Los resultados en términos políticos fueron muy fuertes, los llamados py nandi, ocupan por la fuerza tierras campesinas, unos 400 mil compatriotas van al exilio (Argentina) y un número importante va a la cárcel en carácter de presos políticos.  

Ya en 1949 con el gobierno de Chávez, impulsa algunas acciones, creando el Instituto Superior de la Reforma Agraria, y con ello se vuelve a poner en vigencia el Estatuto Agrario. (1940)

Las condiciones económicas del país eran precarias, entre 1947 y 1954, el crecimiento económico fue de 0,8%.

Con apoyo técnico y financiero de Estados Unidos, como nunca en Paraguay, se crean importantes empresas estatales tales como; en 1941 COPAL (alcoholes); en 1944 COPACAR (carnes); 1945 FLOMERES; en 1948 ANDE (Administración Nacional de Electricidad), transportes tranviarios y otras.

La apuesta del neoliberalismo desde las tres últimas décadas del siglo XX, para influir en una cultura burguesa, fue –y lo sigue siendo- impecable, en el sentido de cubrir todas las formas sociales de producción y de reproducción de la vida, por lo tanto, la o el trabajador se encuentra con el agua hasta el cuello y difícilmente puede verse, juntarse, sentirse con sentido crítico, para reclamar y luchar por mejorar las condiciones de su vida y la de sus compañeros y compañeras trabajadores. La deslocalización (es decir, que las y los trabajadores ya no se encuentran como antes en forma masiva en las fábricas o empresas, están dispersos en el mundo, o incluso recluidos en sus domicilios) de la fuerza laboral, junto con la concentración de las riquezas en grandes monopolios transnacionales, promovió una política de precarización laboral con una nueva legislación que, con mayor fuerza a partir del llamado “Consenso de Washington”, atacó duramente las principales conquistas del proletariado.

El modo de producción capitalista no sólo genera una estructura económica y social, sino también y fundamentalmente una cultura (entendiendo como cultura los usos, costumbres y tradiciones de un pueblo). Ése es el verdadero triunfo de la clase dominante la burguesía: haber construido una sociedad donde sus explotados replican y reproducen su concepción de la sociedad y del mundo (la llamada coerción sorda del capital). Los explotados por los burgueses creen que no puede haber trabajo sin patrones, consolidando ellos mismos el sistema que los explota. Y defienden la propiedad privada, fuente de todos los males, creyendo que ellos pueden llegar a ser propietarios de algo, cuando nunca dejan de alquilar lo que creen suyo, pues la burguesía les impone impuestos permanentes para sostener su sistema. Los únicos propietarios, entonces, son los burgueses, pues son los dueños de los medios de producción, incluyendo la tierra. (Robles, 2015)

Los reclamos de la clase obrera en Paraguay a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX

En el marco de un capitalismo predominantemente industrial en el mundo las expresiones de reclamos de trabajadores en nuestro país pueden ser ubicadas ya hacia el año 1880 año en el que se reportan conflictos entre la clase trabajadora y los propietarios. Así en 1892, se organiza el primer sindicato de sastres y carpinteros. Los carpinteros luego de una larga huelga logran algunas reivindicaciones. Coronel (2011), Se organizan además albañiles, panaderos, mozos, cocheros, obreros marítimos, y peluqueros. Los trabajadores de los aserraderos lograron disminuir el horario laboral de 12 a 9 horas teniendo como estrategias la huelga y el paro. Así mismo, “en 1928, fueron creadas dos organizaciones sociales que tuvieron destacada actuación en el movimiento social: la Liga Nacional Independiente y el Partido Comunista Paraguayo” (Díaz de Arce, 1977:334-339; Miranda, 1979:178. Citado por Molinier, 2012, pág. 255).

Brítez (2014) recupera algunas de las ideas sobre la concepción que se plantea en el escenario político en torno a la clase trabajadora, a fines del siglo XX, por parte de la clase dominante, o sea de las patronales, colocadas principalmente por Cecilio Báez[3]. (Brítez, 2014 ).

Las sociedades de mutuo socorro fueron creadas como mecanismos de ayuda ante situaciones críticas en el caso paraguayo, durante la post guerra y son ubicadas, por autores como Francisco Gaona, como antecedentes de la clase obrera. (Florentín, 2010).  Se debe citar un ejemplo concreto, la sociedad de obreros tipógrafos fue una de las primeras sociedades de mutuo socorro conformadas, pero sin una identidad de clase.

Este hecho, permite valorar que, para ese tiempo, el proletariado en el país se encontraba aún muy débil en términos de lo que conocemos como conciencia de clase o clase para sí.  A pesar de ello se fueron dando algunas experiencias de lucha.

En 1892 se cuenta con un documento de conformidad entre las patronales y los carpinteros en donde, luego de una huelga, los obreros accedieron a un 25% de aumento salarial (Brítez, 2014, pág15). Otro dato que se registra hace referencia al año 1903: Los huelguistas han intentado un arreglo con los patrones antes del pronunciamiento, proponiendo como base 9 horas de trabajo por día (Brítez, 2014 citando a Gaona, pág. 15).

No es difícil ubicar la conformación de la clase obrera en el país, si se asume que su promoción fue deliberadamente prohibida, desvalorizada y perseguida. Estas ideas podrían dar pistas para entender en forma más profunda las dificultades que acompañaron a la clase obrera para tomar, por un lado; conciencia de clase y, por otro lado, consolidarse como como tal, siguiendo la experiencia en los países de Europa. A pesar de este desfavorable contexto, nuestra experiencia fue enriquecida con varias expresiones de resistencias de la clase obrera que se recuperan a continuación como;

A inicios del siglo XX, se conformaron pequeñas organizaciones campesinas, tales como; Sociedad de Agricultores Unidos de Limpio, La Sociedad de Resistencia y de Obreros Agricultores de Luque, y la Sociedad de Cultivadores y Alambiqueros de Luque, Sociedad de Conductores de Carreteras (San Antonio) y la Sociedad de Agricultores en Itá, ciudades pertenecientes al Departamento Central. La historia da cuenta de la explotación de la fuerza de trabajo en los yerbales y taninera. Desde 1905 en adelante, se escribe otra historia: el surgimiento del sindicalismo de resistencia y acción directa, de tendencia anarco-sindicalista, que germinó en tierra abonada. (CAPPELLETTI, 2013)

En el año 1928, se funda el Partido Comunista Paraguayo, y el Centro Obrero Regional del Paraguay y la Unión Obrera del Paraguay. Las influencias de pensamiento en la clase obrera en sus inicios fueron el anarquismo y el comunismo.

Consolidación de las luchas obreras

Según lo desarrollado por (Gaona, 2008; 193-194), en el año 1930, se inicia la huelga de oficiales y albañiles, y después de una larga y paciente lucha, se logró concretar un convenio, en relación con el régimen de turnos de trabajo, pero éste no fue cumplido. Bajo la presidencia de Guggiari, fue clara la persecución a la clase trabajadora, ya que dio prioridad a la Sociedad de Mutuo Socorro. Ante esto los obreros se aglutinan, en un frente sindical unificado, Consejo Mixto de Delegados, integrado por la Unión Obrera del Paraguay, la Federación Obrera del Paraguay, la Liga de Obreros Marítimos, la Asociación Ferroviaria, la Sociedad de Oficiales y Albañiles y Anexo, la Sociedad de Obreros y Pintores, la Sociedad de Obreros Mosaístas, la Federación Obrera de Calzados, entre otros. Esta instancia decidió apoyar en forma unánime la huelga, de albañiles y como medida de presión a todos los empresarios de la construcción. Desde el ejecutivo se buscó destrabar el boicot, desde una política claramente obrera que se materializa y verifica un manifiesto o documento escrito, que hace público, en el cual se puede verificar claramente la posición de la política anti-obrera. Esta política posteriormente se explicita en el Decreto Nro. 39.436/1931; por el cual se prohíbe el funcionamiento de las varias asociaciones obreras.

Desde febrero de 1931, se inicia una larga etapa de ilegalidad de toda actividad sindical libre e independiente. Los hechos ocurridos el 23 de octubre[4] del mismo año son una muestra más del nivel de autoritarismo y violencia, ante los reclamos sociales. La clase obrera entendió que debía unificar esfuerzos para hacer frente a este contexto desolador, por ello se planteó conformar la Confederación Sindical del Paraguay, lastimosamente no pudo ser realidad, debido a las persecuciones y al contexto de guerra que ya se veía venir.

En febrero de 1936, se instala el Comité Pro- Confederación Nacional de Trabajadores (CNT), que se presenta como un organismo unificado del proletariado en el país. Una de las primeras luchas que se desarrollaron fueron las de manifestarse y denunciar las intenciones y el alcance del Decreto Nro. 152/ 1936 que establecía el arbitraje obligatorio del Estado en materia de conflictos laborales frente al capital, la identificación del “movimiento” (febreristas) con el Estado, la suspensión de las actividades políticas, sindicales o de otra índole, y la “movilización de los voluntarios” (Flecha, 2011).

En junio de 1936, a través del Decreto Nro. 2303, se crea el Departamento Nacional del Trabajo, desde donde se planteó el cumplimiento progresivo de; las 8 horas de trabajo, la libertad sindical, libertad de trabajo, descanso dominical, justo salario, asistencia sanitaria, derecho a la instrucción técnica y profesional de todo obrero, indemnización por accidentes de trabajo, reglamentación del trabajo de personas menores de edad y de mujeres, prohibición del trabajo nocturno a niños, asistencia a la maternidad y a la niñez, como principios básicos que deben ser asumidos desde una política estatal. Así se instala el espacio formal para el reclamo de las demandas de la clase trabajadora, con la tripartita conformada por; un representante de, el estado, la patronal y de las y los obreros.

Siguiendo a Gaona (2008:258-261), recuperamos aquí dos hechos históricos, para el proceso de la consolidación de la clase obrera, por un lado, fue la realización en mayo de 1938 el Primer Congreso Obrero en Paraguay, el cual permitió la constitución de la Confederación de Trabajadores del Paraguay CTP; y por otro lado la Huelga General de 1941, contra el fascismo, por la autonomía y la libertad sindical.  

El gobierno de Morinigo ante este hecho decretó la tregua sindical. La dura represión y apresamiento a dirigentes y obreros de la Central de Trabajadores del Paraguay (CTP), generó casi la desaparición de esta.  Sin embargo, la clase obrera se reagrupo para organizar su lucha. El partido Comunista Paraguayo (PCP) tuvo un rol protagónico en la creación del Consejo Obrero del Paraguay (COP) en 1941, como resultado del trabajo de base de sus mejores cuadros en los sindicatos. Timoteo Ojeda, reconocido dirigente sindical y comunista, fue el primer Secretario General del COP. El COP se destacó por el gran despliegue organizativo de base para la organización y formación de numerosos sindicatos como los tanineros en el norte, así como en frigoríficos, hilanderías, tanto en la capital como en el interior del país. Para desplegar su actividad organizativa, el COP creó un órgano periodístico de carácter quincenal, denominado Unidad Obrera, con el que hacía llegar los objetivos de la lucha en ascenso del movimiento obrero y fundamentalmente la formación de conciencia en la clase obrera como fuerza protagónica para lograr los anhelados cambios reclamados por las mayorías del campo y la ciudad.

La actividad de masas del COP fue constante y muy valiente, atendiendo la vigencia de la Ley 217, de corte fascista, contra la cual el COP desplegó una de sus más importantes luchas en 1944, organizando una huelga general para la derogación de esta, donde centenares de sindicatos se levantaron en varias regiones del país, demostrando una importante capacidad de organización y fuerza.

El Partido Comunista Paraguayo dirigió al movimiento obrero en la década de 1940. Autores como Washington Ashwell, contrarios a la ideología revolucionaria, tuvieron que reconocer que el PCP era el único Partido obrero del Paraguay y que durante todo este tiempo monopolizaron la dirección del movimiento laboral del país. Timoteo Ojeda fue uno de los grandes líderes del movimiento obrero en estos tiempos, estibador en el nuevo Puerto de Asunción, fue un gran orador en el idioma guaraní, conmovía al pueblo trabajador con profundos discursos. También fue miembro del Comité Central del PCP, organizó a los obreros portuarios, fue delegado en la Central de Trabajadores del Paraguay (CTP), luego de que ésta fuera disuelta, como Secretario General se dedicó a organizar el COP y se destacó por una extraordinaria actividad organizativa en la promoción y creación de nuevos sindicatos, como también en la reactivación de los que habían quedado golpeados luego de la disolución de la CTP. Como dirigente sindical y comunista, sufrió persecuciones, cárcel y tortura, por parte de los regímenes fascistas de Morínigo y Stroessner. Al decir de Bonzi (2001), Timoteo Ojeda es un valor inestimable de la clase obrera paraguaya, un paradigma de entrega en defensa de la causa de sus pares y del pueblo. Que merece el respeto y la emulación de las nuevas generaciones.

Al respecto de la huelga de 1941, el gobierno de Morínigo, responde de manera agresiva ubicando los reclamos como descontextualizados y a los huelguistas como anarquistas, desestabilizadores del proceso y cuyas prácticas deben ser superadas y así buscó alianza con el pueblo en general, parte del pronunciamiento gubernamental dice: No se trata aquí de un conflicto entre el capital y el trabajo sino de una mera interpretación de una resolución, (Nro. 152) que pudo haber sido estudiada hasta llegar acuerdos, sin necesidad de recurrir a una medida de carácter verdaderamente revolucionario.

Algunos resultados de la huelga, a las 24 horas, una parte importante de los obreros vuelve a trabajar, y en el interior no alcanzó a tener mucha fuerza. La tregua sindical planteaba algunas alternativas, algunos sindicatos se acogieron a ella, después de 48 horas de paro, lo cual también genero división en la conducción de la huelga. Si bien algunos trabajadores volvieron a sus puestos de trabajo la huelga no se levantó en 4 meses. Al decir de Gaona (2008), la huelga contó con falencias en la conducción y en la lectura del contexto, alejado de las bases populares, y con un análisis ingenuo de la situación, política, y económica, del país, con el gobierno de Morínigo.

En términos de acumulación de fuerza sindical para la clase obrera, según Gaona, ésta se vio envuelta en desconfianza y desaliento, división del movimiento sindical en un momento clave; también el debilitamiento de la democracia naciente en el país; Morínigo no cumplió con su compromiso político con Franco, quedando de esta forma el proletariado más desprotegido que antes.

A mediados de la década del 50, se aprueba, la ley 294/55 Defensa de la Democracia, que otorgó poderes para normar la persecución y opresión a cualquier tipo de oposición al régimen stronista. Sumado a esto, en 1956, llegan al país agentes de la CIA[5], para asesorar al gobierno en la lucha contra los comunistas. De esta forma el país se alinea de manera mucho más sólida en el bloque liderado por el imperialismo de los EE. UU. y se profundiza el régimen de entrega de nuestras riquezas al capital extranjero, saqueo y terrorismo de estado en el contexto de la mal llamada Guerra Fría.

El contexto de flexibilización de precios y predomino de las empresas privadas, debilitó las condiciones adquisitivas de las y los trabajadores, y en 1958 se llegó a una gran huelga general, reclamando el 29% de aumento salarial. El acatamiento fue importante; obreros de frigoríficos, tanineras, ferrocarril, y estudiantes se movilizaron, pero fueron brutalmente reprimidas. Luego de 14 días de huelga caen derrotados y se persigue a los dirigentes de la Confederación Paraguaya de Trabajadores. Al año siguiente los estudiantes realizan una movilización para pedir la reducción del pasaje y la respuesta fue nuevamente la represión.

Otras experiencias de lucha

Por los años 70 se cuenta con una experiencia importante en el país, conocida como las Ligas Agrarias[6], las acciones que se conocen como resistencias fueron la creación de las Escuelas Campesinas, los almacenes de consumo teniendo como eje articulador el trueque de los productos, dejando de lado la figura del intermediario. Nuestra historia reconoce la persecución sufrida a sus dirigentes y los hechos ocurridos en la semana santa del año 1976, en el cual son encarcelados, desaparecidos y muertos muchos de sus dirigentes, dejando en claro que los procesos de producción deben desarrollarse, tal cual como lo dicta el gobierno.

Las lecturas bíblicas y sermones nos sirvieron de base para reflexionar sobre los problemas del campesino. Nosotros les dijimos que hacía demasiado tiempo que nuestras inquietudes quedaban solo como inquietudes y que no salían de nosotros. Nuestros padres, abuelos y bisabuelos habían muerto en la miseria y nosotros queríamos cambiar esa situación: esa fue una reflexión de todos nosotros que compartimos con los pa'i. Ellos se dieron cuenta de que en lugar de pensar en el "más allá" a nosotros nos preocupaba el "aquí” donde nuestros hijos sufrían la falta de pan (Aseretto, 2001, pág.12)

Ya en la década de 1980, en vinculación con los movimientos sociales, incluyendo a aquellos sindicatos que estaban apoyados por la iglesia católica, se van dando otras articulaciones en la búsqueda de mejoras en los niveles de vida como trabajadores. La mayoría de la fuerza sindical se encontraba en el Estado, pero también, pero se van dando algunas oportunidades de protesta colectiva y articulada, como por ejemplo ante el despido de 200 empleados de la COCA COLA, en la que se juntan protestas estudiantiles y de sindicatos.

Y es a partir de un serie de situaciones de descontentos al interior de los sindicatos estatales, se reorganizan unos 9 sindicatos; Sindicato de Trabajadores de Paraguay Refrescos S.A (Coca Cola), el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción (SINATRAC), Sindicato de Empleados y Obreros del Comercio (SEOC), Sindicato Nacional de Obreros Metalúrgicos y Afines (SINOMA), Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP), Federación de Trabajadores Bancarios de Paraguay (FETRABAN), Sindicato de Obreros Gráficos del Paraguay (SOGP), la Federación de Trabajadores del Trasporte Colectivo del Paraguay (FETRATRAC) y el Sindicato de la Compañía Algodonera Paraguaya S.A. (CAPSA), que luego conformarán el Movimiento Intersindical de Trabajadores (MIT-P) en el año 1985, aunque duró poco tiempo se puede decir que se planteó una mirada más amplia desde la clase obrera ya más separada del estado y de los partidos políticos, ya que buscaba además de las reivindicaciones gremiales transformaciones políticas y sociales en la estructura de la sociedad.

Consideraciones finales: la lucha sindical en el proceso de apertura democrática

Retomando el contexto a nivel nacional, se puede señalar que, en el año 1988, las condiciones adquisitivas de la clase trabajadora se encontraban más precarizada, los funcionarios públicos en su mayoría no se beneficiaron de los reajustes salariales, y ganaban la mitad del salario mínimo legal.

Aunque se da un aumento salarial, no fue el suficiente. Se realizan manifestaciones desde el Hospital de Clínicas, por mejoras presupuestarias y la represión policial fueron las respuestas más claras.

El régimen de la tiranía fascista ya no tenía el apoyo suficiente de la región y del imperialismo norteamericano, pues los cambios a nivel de las políticas neoliberales debían ser implementadas y en Paraguay el camino se hacía difícil. No fue causal la visita del Papa Juan Pablo II, a nuestro país y los posteriores sucesos del golpe de estado en febrero de 1989.

Si bien se asume que el neoliberalismo como política económica muestra de forma más clara su proyecto en América, específicamente en el Chile de Pinochet, en las décadas de los 80/90, países como el nuestro debían ser reformados según las necesidades del proyecto neoliberal, para lo cual el Estado debía ser más pequeño y ágil para dar respuestas a las políticas neoliberales.

En mayo de este mismo año se convoca a la Conferencia Nacional de Organizaciones Sindicales y Campesinas, buscando una articulación entre los distintos movimientos sindicales y tendencias, pero lamentablemente no se logó esta unificación.

La Central Unitaria de Trabajadores se funda en agosto de 1989, en la cual se disputan dos listas de candidatos, una de ellas correspondientes al sector campesino y la segunda al sector más bien urbano la que finalmente gana, y se plantea como clasista, combativa, autónoma, y democrática guiada por defender los intereses inmediatos e históricos de los trabajadores y la lucha por mejores condiciones de vida y trabajo (González, 2013).

La apertura de la vida “democrática” antes que fortalecer al movimiento sindical, jugó una suerte de dispersión de sus fuerzas.

Se cuenta con 9 centrales sindicales, para un porcentaje mínimo de trabajadores sindicalizados, 5% en relación con la PEA.



Referencias

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Coronel, B. (2011). Breve interpretación marxista de la historia paraguaya (1537-2011). Asunción: BASE. Investigaciones Sociales. Arandurä Editorial.

Coronel, B. (2012). Paraguay, la vanguardia capitalista del siglo XIX. Asunción: Secretaría Nacional de Cultura.

Florentín, C.G. (2010). http://librosdehistoriaparaguay.blogspot.com/2010/06/el-paraguay-de-la-post-guerra-1879-1900.html. Recuperado el 20 de mayo de 2014

González, I. (2013). El nuevo despertar. Breve historia del movimiento intersindical de trabajadores del Paraguay. Asunción: Novapolis-Arandurä Editorial.

Iamamoto, M. (1992). Servicio Social, identidad y alienación. San Paulo: Cortez Editora.

Molinier, L. (2012). La economía paraguaya de entre guerras. En L. R. Compilador, Proceso histórico de la economía paraguaya (págs. 207-258). Asunción: Secretaría Nacional de Cultura.

Netto, J. (1992). Capitalismo contemporáneo y servicio social. San Paulo: Coretez Editora.

Rivarola, A. (2009). Holocausto Paraguayo en Guerra del 70. Asunción: ABC Color.

Rojas, L. (2014). La economía durante el stronismo. Asunción: El Lector-ABC Color.

Rojas, L. (2012).  Proceso histórico de la economía paraguaya. Asunción: Secretaría Nacional de Cultura.

 

 

Sobre la autora:

Celeste Houdin Gómez: trabajadora social, maestranda en Ciencias Sociales por Flacso Py, con especialización en género, desarrollo territorial, evaluadora par por Aneaes, educadora comunitaria, Profesora asistente de Trabajo Social FACSO-UNA, e investigadora. Con publicaciones vinculadas a Trabajo social, violencias contra las mujeres, maltrato, abuso y explotación sexual, educación derechos humanos, movimientos sociales y sindicales.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



[1] No se ha abordado la cuestión indígena, no por ello se desconoce el proceso histórico.

[2] En 1929 se produce una de las crisis más grandes del capitalismo que tiene epicentro en los EE. UU.

[3] Fue presidente provisional del Paraguay, (1905-1906) uno de los fundadores del partido liberal, ocupo numerosos cargos públicos; senador, presidente del Superior tribunal de la Justicia y Ministerio de Relaciones Exteriores, docente universitario, decano de la Facultad de Derecho, y entre 1937 y 1938 fue uno de los firmantes del tratado de Paz con Bolivia.

[4] El 23 de octubre de 1931, se realiza una manifestación estudiantil, organizada por los Centros de Estudiantes del Colegio Nacional de la Capital y la Escuela Normal, con apoyo de algunos políticos y dirigentes obreros, el objetivo fue de reclamar al gobierno por la soberanía y la defensa del Chaco paraguayo ante las incursiones del ejército boliviano en dicho territorio. Los manifestantes, llegaron ante el Palacio de Gobierno y la respuesta fueron ráfagas de fuego sobre la población que se manifestaba, murieron unos 17 jóvenes, y más de 50 personas heridas.

[5] Central de Inteligencia, o Agencia de Inteligencia, del gobierno de los EE. UU. Su origen data de 147, después de la Segunda Guerra Mundial, y tiene como uno de sus objetivos el espionaje a países que considera enemigos. Las operaciones en cubierta forman parte de sus prácticas, ha apoyado golpes de estado, entrenado a grupos terroristas paramilitares, y ha aplicado también torturas.

[6] Las Ligas Agrarias Cristinas fueron grupos de campesinos que se fueron organizando en base a las reflexiones sobre el trabajo cooperativo y ayuda mutua. Nace en Santa Rosa Misiones y contó con el apoyo de los jesuitas y con el Movimiento Sindical Paraguayo para el fortalecimiento de su organización.